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𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 0

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𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 0.2
𝓐𝓼𝓾𝓼𝓽𝓪𝓭𝓸 𝓭𝓮𝓵 𝓶𝓸𝓻𝓭𝓲𝓼𝓬𝓸 𝓮𝓵 𝓬𝓾𝓪𝓵 𝓷𝓸 𝓮𝓼 𝓶á𝓼 𝓭𝓾𝓻𝓸 𝓺𝓾𝓮 𝓮𝓵 𝓵𝓪𝓭𝓻𝓲𝓭𝓸

ᝰ.ᐟ

Los párpados pesados se resistían a abrirse hasta que con fuerza logró parpadear sintiendo su visión borrosa volverse lucida ante la poca luz de donde se encontraba.

Hinata gimoteo al sentir una punzada de dolor en la parte trasera de su cabeza, con suavidad y confusión dirigió su mano hasta tocar superficialmente su cráneo. Otro quejido salió de su boca al sentir la hinchazón de donde debieron haberla golpeado para dejarla inconsciente. Una vez logró sentarse en lo que parecía una cama a pesar del incómodo colchón que rechinaba cada vez que hacía un mínimo movimiento, se permitió escanear el sitió donde despertó. Era un dormitorio, de eso estaba segura al mirar un pequeño escritorio donde libros decoraban las estanterías en las paredes. Activo su byakugan teniendo un poco más de certeza en donde exactamente estaba. Su boca se abrió de la impresión al ver las inmensas cantidades de túneles bajo tierra que formaban la estructura, era casi como un laberinto con kilómetros a la redonda.

Intento levantarse pero algo la jalo de sus muñecas y tobillos impidiendo sus movimientos. Con un jadeo su mirada pararon en cadenas envolviendo sus muñecas al suelo. Tiro con fuerza pero eso solo hizo enrojecer sus manos sin siquiera mover o desgastar la herradura.

—Si puedo... yo puedo... —se dió ánimos en voz baja intentando concentrar su chakra en dos dedos para intentar usarlo como una fina cuchilla, pero el cansancio de desperdiciar chakra comenzó a afectarla al llevar apenas una pequeña fisura, su byakūgan se desactivó para no drenarla por completo.

Desistió de la idea dejando caer su cabeza en las palmas de sus manos exhausta. Sus jadeos comenzaban a alterarla aumentando al escuchar las pisadas afuera de la puerta.

La puerta rechinó al abrirse e Hinata reconoció a las dos figuras que entraban hasta estar frente a ella.

—Vaya, vaya, vaya. Al final decidiste seguir nuestro consejo y encontrar una novia.

—No digas estupideces, Kabuto. —masculló Sasuke ante lo dicho por su acompañante que se acercaba fascinado a la callada chica, observándola y anotando rápidamente en un cuadernillo causando disgusto en la adolescente. —Ya la viste, ahora dime que piensas sobre lo que te dije.

—No la subestimes, Sasuke. Mira la cadena de su mano izquierda, intentó escapar cortándolas con chakra. —señaló Kabuto mientras sus comisuras se alzaban en una curiosa sonrisa. —Se necesita un gran control para lograr eso, pero no podía esperar menos de... ¿cómo dijiste, Sasuke? ¿La heredera del clan Hyūga?

 Telepatía | SasuhinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora