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"Is this a damn joke?"

Era una mañana como cualquier otra

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Era una mañana como cualquier otra. El pelirrojo se encontraba sentando en la cama de su habitación mientras se acomodaba la corbata de su uniforme.

De pronto, se escuchó un brusco estruendo contra su ventanal; se trataba de una lechuza que había tratado de pasar inadvertida, lo cual no fue así. El de ojos marrones, un tanto preocupado, se dispuso a abrir su ventana y ayudar al pobre animal. Al hacer esto, notó un sobre que el ave sostenía con sus garras.

—Así que tienes algo para mí, ¿eh? —dijo un tanto divertido, sacando la carta de las garras del animal.

Rápidamente, abrió la carta y la leyó. Nunca había leído tan hermosas palabras, y menos dirigidas hacia él. Por esta razón, dudaba mucho de que fuera algo serio, supuso que había sido obra de sus hermanos, los gemelos, quienes disfrutaban fastidiar a la gente con sus bromas, más a el, debido a que era su hermano menos favorito.

Con rapidez, se dirigió a su escritorio, ya que no iba a dejar que sus hermanos lo burlaran como siempre. Comenzó a responder la bella carta que Fred y George habían escrito. La respondió con mucho odio y frialdad, demostrando lo desagradado que estaba por su ardid.

Ahora, con malhumor y listo para su jornada escolar, bajó al Gran Comedor. Allí se encontró con su gran amigo (y único), Oliver Wood, el capitán del equipo de Quidditch. Al llegar, Oliver notó su descontento y lo miró divertido, dispuesto a molestarlo ya que sabía que su enojo era debido a los rebeldes gemelos.

—¿Qué tal tu mañana, Percy? ¿Tuviste una sorpresa "doble"? —dijo, refiriéndose a sus hermanos.

Percy, rodó los ojos, y le dijo.

—No estoy para tus bromas hoy, ya tuve bastante esta mañana.

Con curiosidad de que nueva broma le habían hecho, le preguntó. —¿Ahora que te hicieron? No creo que sea mejor que la anterior. —Haciendo referencia a la vez que "misteriosamente" Percy despertó con el pelo de un tono rosado chillón.

El pelirrojo, que estaba desayunando, lo miró con mala cara al recordar esa broma. De igual forma, le respondió.

—Me mandaron una carta pretendiendo ser alguna chica de Gryffindor que estaba enamorada de mí. —Rodó los ojos molesto. —Claramente, no caí en su tonto engaño. Ni siquiera comprendo como pudieron escribir tan hermosas palabras, ellos dos no pueden aprobar ni una clase. Deben haberle pedido ayuda a alguien, ¿no?

Oliver soltó una carcajada y murmuró.
—No serán inteligentes pero son muy creativos.

Percy suspiro enfadado, pero debía aceptar que tenía razón.

Minutos después, ambos terminaron de comer y se dispusieron a ir a su primera clase del día: DCAO.

Al llegar a la clase, se sentaron en sus respectivos asientos. Unos minutos más tarde, Alessia y Elizabeth, llegaron. La clase pasó rápido debido a que en su mayoría fue la entrega de los trabajos y su corrección. Y al igual que la anterior clase, les mandaron un trabajo en parejas.

Percy estaba furioso, no solo por lo que pasó en la mañana, sino porque también  esa actividad debía hacerla con la molesta de Elizabeth Hathaway. No entendía como una chica podía esmerarse tanto en fastidiarlo diariamente.

Ni siquiera la esperó para hablar de ese trabajo, incluso cuando vio que ella se acercaba hacia él para hablar del tema.

El pelirrojo, se desplazaba rápidamente por los extensos corredores de Hogwarts hasta que se encontró a las dos personas que menos quería ver.

—¿Qué pasa prefecto? No tuviste una buena mañana, ¿no? —dijeron los gemelos al unísono.

Percy, harto de ellos dos (y de sus bromas), respondió cortante.

—Ustedes saben el porque, no finjan. Aunque tengo que aceptar que son ingeniosos cuando quieren.

Los gemelos no entendían el porque del enojo de su hermano. Pero agradecían el halago ya que Percy raramente les hacía uno.

—Gracias, en serio, pero... ¿De qué hablas? —dijo ahora Fred con un tono de confusión.

El de ojos marrones (Percy) comenzaba a fastidiarse ya que no aguantaba que sus hermanos menores pretendieran no saber de que hablaba.

—No pretendan, saben muy bien que hablo de esa carta de amor que mandaron esta mañana.

Los gemelos se miraron entre sí y soltaron una gran carcajada.

—Suena a algo que nosotros dos haríamos, pero créeme que estaba vez, no fuimos nosotros. —sentenció George con una sonrisa pero que demostraba seriedad.

«No podían no ser ellos, ¿no? Si no, ¿Quién podría haberle escrito?»

—Espera… ¿Realmente no fueron ustedes?

Los gemelos intercambiaron miradas y lo negaron. Estaban en un silencio pero George lo rompió.

—¿Pensaste en la posibilidad de que alguien si este enamorado de ti?

Percy permaneció en silencio, no podían tener razón, ¿o si?

Por otro lado.
Elizabeth, emocionada, llegó a su habitación. Allí encontró a su lechuza "Alex" con la respuesta de Percy. Rápidamente, fue hacia el ventanal para dejar entrar al ave y agarrar la carta.

A medida que la iba leyendo, su emoción iba disminuyendo. No podía ir en serio, ¿no? Las horribles palabras que Percy había respondido en tal carta, eran imposibles de creer, pero al leer el final de la carta…

"Dejen de molestarme gemelos, ¡no voy a caer más en sus bromas!

Percy."

…entendió que se trataba de una confusión y eso la tranquilizó un poco. Con la esperanza de compensar el malentendido, tomó su pluma y le respondió.

"Hola Percy. Lamento que pienses que mis sentimientos son alguna clase de broma de parte de tus hermanos.

Quiero que sepas que mis emociones hacia tu persona son completamente auténticas. No quiero que lo dudes, todas las palabras que he escrito en mi anterior carta salieron del fondo de mi corazón. Nunca jugaría con tus sentimientos, es algo horrible.

Lamento esta confusión. Por favor, no pienses más que mis sentimientos son falsos. Ojalá no vuelva a suceder.

Elizabeth al terminar la carta, se dirigió hacia Alex y se la entregó. Abrió el gran ventanal y el ave salió volando.

Suspiro y se acosto en la cama, cayendo en los brazos de Morfeo.

𝗔𝗡𝗢𝗡𝗬𝗠𝗢𝗨𝗦 𝗟𝗘𝗧𝗧𝗘𝗥𝗦 | 𝗣𝗲𝗿𝗰𝘆 𝗪𝗲𝗮𝘀𝗹𝗲𝘆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora