La Cúspide / Bakudeku

III: Cúspide

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Finalmente llegaron a Bellshin, el pueblo los recibió con gran alegría y alivio de ver a su líder y sus mejores guerreros a salvo.

Luego de saludar a todos lo que se acercaron a verlos, cada uno se dividió a su propia casa. Katsuki, fue con sus padres. Era necesario comunicarles su descubrimiento y las opciones que tenían.
La desición debía ser tomada pronto.

Entró a su casa, se despojo de todos los equipamientos que cargaba encima. Sobó su nuca intentado sacar el estrés. El viaje había sido tedioso, pero al menos no estuvieron a punto de morir a cada minuto.

— Katsuki — Escuchó el llamado de su padre que rápidamente se acercó a él y lo abrazó con fuerza.

Entre sus padres, el más expresivo era su padre Masaru. Era amable y generoso, siempre suave a la hora de tratarlo. Es más ahora que mi piensa, le recuerda mucho a Izuku.

— Hijo, estábamos tan preocupados. ¡Cariño! ¡Mitsuki! ¡Katsuki está aquí!

Enseguida con los llamados la mujer apareció. Se acercó con la violencia característica de la Alfa. Ella tomó su rostro con sus manos y lo inspeccionó, buscando heridas y cambios.

— ¡Te tardaste mocoso! ¡¿Dónde demonios estabas?!

— ¡Suéltame, vieja! ¡Aléjate de mi! — Apartó las manos de su madre.

— Querida déjalo, debe estar muy cansado — Masaru llevó al rubio hasta la mesa donde le sirvió comida por montones.
El castaño imaginó que con tantos días fuera su hijo debía tener hambre, así que le sirvió toda la comida que podía comer.

Una vez degustando la comida. Sus padres exigieron información de su desaparición.

— ¿Dónde estuviste mocoso? Solo nos llegó tu carta de que debías hacer un viaje muy importante — Habló la Alfa.

— Paso tanto tiempo que estamos angustiados que algo malo te había pasado — Añadió el Alfa castaño.

Katsuki miró fijamente a sus padres. Debía contarles todo lo que descubrió a fin de poder tomar una decisión.
Su relato podría llegar tan impresionante como irreal, pero debían saberlo.

— Hay algo que deben saber...

El rubio les contó a sus padres como fueron con Aizawa, como este les dio un mapa para encontrar a All Migth, sus padres no podían creer que ese hombre estuviera vivo. Les habló como el Alfa los llevo a un lugar donde había muchos Omegas.
El rostro de sus padres fue de impacto, la misma expresión que él y sus amigos tuvieron. No pensaron jamás que aún quedaban Omegas.

Se emocionaron, quisieron saber más. Como eran, la veracidad de los mitos, su estilo de vida.
Cuando quisieron saber como acercarse a ese pueblo, Katsuki les habló de sus conversaciones con el Consejo, el rechazo y la única alternativa que le ofrecieron.

Igual que lo fue para el Alfa rubio, la propuesta de Omilis los preocupó.

E inmediatamente entre los tres coincidieron que debían convocar a una reunión de urgencia con los políticos del pueblo.

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Al siguiente día se encontraban todos deliberando, los Bakugo como la autoridad, junto a los ancianos como la sabiduría, el clero como la religión y la fe. Tenya Ida como parte del comercio y las alianzas, además de otros miembros que cumplían puestos importantes en el pueblo. Consideraron que debían escuchar todos los puntos de vistas implicados.