𝐇𝐀𝐏𝐏𝐘 𝐄𝐍𝐃𝐈𝐍𝐆 ┇「 𝐒𝐀𝐓𝐙𝐔 」

O3 ┇ 삼

Sana se tomó una pausa después de un arduo trabajo. Camino por los pasillos de la estación de radio, donde estaba ubicada su oficina. En el mismo edificio donde trabaja Tzu solo que en diferentes niveles. Bajó el ascensor, hasta el primer piso. Y se dirigió hasta una de las máquinas de café.

Sentada frente a la máquina estaba la Doctora Cho Miyeon, que leía unos informes mientras bebía su café. Sana le echo un ojo, no se veía nada mal y no perdería la oportunidad de llamar su atención.

Caminó frente a ella de una forma llamativa pero sin ser ridículo ni exagerado y Miyeon no pudo evitar mirarla. Sana introdujo unas cuantas monedas en la máquina y selecciono un café amargo. Todos aquellos movimientos eran vistos por la doctora.

Sana se agachó y vio que no tenía vaso, dejando perder el dichoso café. Suspiró. Se levantó y se dirigió a la doctora.

— ¿Ya terminaste? —le preguntó.

Miyeon desvío la mirada confundida.

— ¿Perdón?

—El café— señaló la castaña.

Cho miró el vaso vacío que tenía en su mano para luego mirar a Sana. Confundida por lo que había dicho.

— ¿Entonces puedo tomar el vaso?

La joven estiró su brazo, la pelinegra se levantó y le dio lo que pidió. La doctora estaba hipnotizada por lo guapa que se veía aquella muchacha.

Ella lo tomó y volvió a la máquina, introdujo el vaso y seleccionó el café amargo otra vez. Cho volvió a sentarse sin despegar la vista de Sana.

Unos segundos después el café estaba listo, Sana lo tomó, soplo por lo caliente y sorbió un poco.

— ¿De qué lado lo tomaste? —le preguntó volviendo a ver el vaso.

— ¿¡Qué!?

Hizo mala cara y volvió a tomar otro sorbo. Sin terminarlo, se acercó y le entrego el vaso. La doctora estaba más que confundida por la actitud de aquella chica.

—Esto no es un beso, ¿verdad?— le dijo Sana para irse, dejando a Miyeon con el vaso en mano.

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Sana ya estaba de vuelta en su escritorio, y comenzó a garabatear su cuaderno. Mientras hacía aquello escuchaba a su compañera tararear una canción.

—Oye Mina—la llamó.

—Sí.

— ¿Conoces a la Doctora invitada hoy? —pregunto aun rayando su cuaderno. Su compañera la miró extrañada.

—Sí.

— ¿Qué clase de Doctora es?

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Al día siguiente, Sana  visitó el consultorio de la doctora Cho, gracias a la información que su compañera le había dado.