La tierra temblaba por el arrasador ser que avecinaba su llegada. Las flores criticonas se escondieron entre sus pétalos, los gemelos se ocultaron entre los arbustos, las aves que ella había visto antes empezaron huir del lugar.
— ¡Es el Bandernacht! — exclamó una de las tantas raras especies que huía del terrible ser — ¡Corran todos!.
Ahí yacía, una gran bestia tan grande como los árboles y tan aterrador como el mismo infierno, detrás venía una tropa de naipes bien armadas y con arnéses para atraparlos al parecer.
Sin dudarlo corrió como pudo, dando continuamente miradas hacía su espalda observando como la tropa atrapaba a los que antes la habían guiado por el lugar, como al conejo blanco y al dodo azul.
Ella siguió corriendo sin parar, escuchaba como los gemelos que antes se habían ocultado iban detrás de ella acompañándola en su huida y desapareciendo.
En la catástrofe que había sucedido se escuchó como llegaba él.
— ¿No crees que no es muy cortés de tu parte huir de esa manera conejo? —dijo una voz vacilona detrás de las tropas de naipes — No creo que quieras que su majestad te haga pagar de la peor manera, ¿o sí?.
El ambiente era tenso, habían atrapado a muchos en aquel lugar, sabía que no podían provocarlo porque sino su cabeza rodaría en un abrir y cerrar de ojos.
Quien más que él.
Jack Heart, uno de los principales secuaces de la Reina Roja después de la Sota de Corazones y uno de los fieles a ella. El chico con un corazón en su mejilla derecha, de vestimenta elegante de rojo con negro, con su típico sombrero, era capaz de hacer temblar hasta la más pequeña hormiga por en su presencia.
— N-no, p-para nada Jack — la voz del conejo empezó a temblar, un solo error y era la muy alta probabilidad de no volver a existir.
— Umm, que buena respuesta —dijo el chico, se acercó al conejo y susurrandole al oído con una mala intención — Pero yo más creo que quieres perder la cabeza — dijo sonriendo de una forma macabra.
La situación había empeorado, el chico podía hacer lo que quería si eso quisiera y nadie lo detendría, así sea que pierdas la cabeza.
— Déjalo Jack, sabes bien que no vinimos para esto y que lo necesitamos — dijo un hombre que se encontraba encima de un caballo negro. Este era la Sota de Corazones, Ilosovic Stayne. Un hombre alto de pelo negro, con un parche en forma de corazón en el ojo izquierdo y una cara llena de cicatrices, con una armadura negra, otro fiel ayudante de la reina.
— ¡Ja!. Ni siquiera me dejas divertirme, Stayne — dijo el joven cruzándose de brazos y alejándose del conejo.
El ambiente se tranquilizó un poco, pero eso no duraría por mucho.
Stayne fue directamente a buscar el oráculo que este yacía ahí en el suelo esperando que lo recojan.
— El calendario de Wonderland — dijo el viendo directamente al oráculo y luego pasar viendo siniestramente al conejo — ¿Dónde está ella? —preguntando al conejo.
— Y-yo n-no sé de quién me habla, señor — exclamó con miedo el conejo blanco que se encontraba entre la espada y la pared.
La Sota de Corazones se acercó a la oreja del conejo blanco de manera amenazante.
— Pues si no me lo dirás a mí, se lo dirás a su majestad, la reina. — dijo con un tono macabro.
La mirada del conejo blanco demostraba miedo, terror y ansiedad, si de por con ellos era difícil lidiar, con la reina no tendría oportunidad alguna.
Se llevaron a los rehenes del lugar de camino hacia el gran castillo de la Reina, llevando todo a su paso a todo galope lo que pudieran encontrar y junto al oráculo.
Mientras esto pasaba, los gemelos y junto a la recién llegada fueron demasiado lejos de donde estaban, llegando a un lugar de dos caminos con indicaciones que llevaban a un lugar en específico
— Es por aquí — dijo Tweedledum jalandola del brazo izquierdo.
— No, es por aquí — refutó Tweedledee haciendo la misma acción pero con el brazo derecho de la chica.
— ¡Me van a terminar partiendo a la mitad ustedes dos! — exclamó exaltada, mientras se soltaba del agarre de los gemelos.
— Perdón — dijeron al uníso los gemelos arrepentidos de su acción.
— Bien, ahora expliquenme. ¿Qué es eso del oráculo que me mostró Absolem?. ¿Por qué estoy aquí?. ¿Qué es eso de la Reina? ¿ Y sobre qué tengo que derrotarla? —bombardeó con muchas preguntas a los gemelos esperando una respuesta por todo lo que había sucedido en tan poco tiempo.
Los dos gemelos se miraron al uníso— ¿No lo sabes todavía? — preguntó Tweedledum.
—¿Saber qué?— respondió a otra pregunta contraria a uno de los gemelos.
— La Reina Roja antes era una persona malvada,pero llegó el fatídico día y una chica de nombre Alicia nos salvó de el Jabberwocky, también ella ayudó mucho a encontrar a la familia del sombrerero. — dijo Tweedledum.
— Ella hizo muchas cosas por nosotros, contribuyendo ayudar a las dos hermanas a estar juntas de nuevo, salvando su relación de hermandad y también siendola última vez que la vimos — dijo Tweedledee.
— Aunque la actual Reina Roja siempre tenía mal humor, pero su hermana, la actual Reina blanca siempre la ayudaba. — comentó Tweedledum.
— Pero todo empeoró el día que en un viaje que se encontraban juntas, ellas tuvieron un accidente y la actual reina roja no volvió a ser la misma, volvió a ser como era antes debido a que perdió totalmente la memoria en aquel incidente y se alió con él nuevamente, para recuperar su corona y trono contra su hermana.—contaba a detalle Tweedledee quien parecía muy serio.
La chica había quedado sin palabras por la historia recién relatada por los gemelos, como era posible que tenía que volver a ayudar a todos nuevamente como lo hizo ella.
— Pero, ¿por qué yo?— preguntó con duda— ¿No sé suponía que tenía que ser esa Alicia que cuentan en su historia?.
— Esa Alicia dejó su mundo hace mucho, cuando el conejo blanco fue en busca de ella nuevamente, se enteró que ella hace mucho tiempo había fallecido a una edad joven por una enfermedad terminal de su universo.— contestó Tweedledum.
— Debido a eso, el oráculo cambió y por lo que parece te mostraba a alguien parecida a ti o al menos, es lo que muestra el calendario— terminó de contar Tweedledee.
La mente le daba vueltas, como era posible que por perseguir a un simple conejo la había envuelto en este lugar mágico en el cual tendría que brindar su vida para salvar a otros.
"Prefiero perder la cabeza ahora mismo"
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