One shots kiribaku/bakushima ‼️

Verdad o reto.

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Era una noche lluviosa de viernes. Una noche extrañamente tranquila para los jóvenes alumnos de la 1-A. No había tarea, ni entrenamientos programados, tal vez era la primera noche en muchos meses en la que no tenían nada que hacer. 

La sala común estaba casi vacía, excepto por los que siempre estaban a estas horas. Unas horas después de tanto aburrimiento, a Kaminari se le prendió el foco, tomando su botella de agua vacía levantando sus manos y elevando su voz para llamar la atención de sus compañeros.

—¡Tengo una idea!— resonó en toda la sala. Iida fue el primero en prestar atención, como presidente de la clase, era su deber determinar si las locas ideas de Kaminari podían o no ser ejecutadas. —Hay que jugar a la botella. 

—¡Kaminari! Ese juego es inapropiado para una convivencia escolar.— acomodaba sus gafas muy seguro de sí. Denki rodó los ojos y se levantó, colocando la botella en el centro de la mesita en medio de la sala. 

—No es ESE juego de la botella. Será algo como "verdad o reto".— esto sin duda atrapó al resto de estudiantes que seguían en su mundo, claro, a todos menos a un rubio gruñón que prefería mirar de lejos sentado en uno de los sofás. —Yo giraré la botella, y al que le toqué la base tendrá que preguntar al que fue señalado por la tapa. 

La 1-A accedió y el juego comenzó. Las risas no faltaron ante las preguntas que se hacían, algunas eran muy comprometedoras y otras bastante chistosas. A los que eligieron reto, se les ponían desafíos sencillos y para ser cumplidos con rapidez. 

Unas risas después, al Denki girar la botella sucedió lo que habían temido que pasara. Aoyama era el que preguntaría y la tapa señaló a Bakugo. El resto de la clase guardó silencio, Bakugo bufó. Aoyama entonces se acomodó cruzando las piernas continuando con el juego. 

—Verdad o reto.— se dirigó al rubio que frunció el entrecejo y chasqueó los dientes. La clase miraba expentante lo que estaba sucediendo, esperando ansiosos la respuesta del cenizo. 

—Verdad.— terminó por responder y Yuga sonrió. Cerrando los ojos y sonriendo, dejando caer su dedo índice sobre su mentón un par de veces. 

—Verdad, verdad... Qué podremos preguntarte.

—Acaba con esto de una maldita vez, bastardo.— Aoyama abrió sus ojos y lo miró con altanería. abrazándose a sus piernas y alzando su rostro con seguridad. Las orbes de toda la clase estaban puestas sobre la conversación que ya había sido esperada por algunos. ¿Qué podría preguntarle a alguien tan misterioso como Bakugo Katsuki?

—¿Quién te gusta?— la pregunta fue precisa. Los alumnos que presenciaban lo que sucedía dijeron al unísono la última vocal del abecedario. Los murmuros comenzaron, y claro, una mirada cayó sobre Bakugo. La dulce mirada escarlata del mejor amigo del rubio. Apretó sus manos sobre sus bermudas marrón claro y esperó la respuesta del ajeno, y no sólo él, toda la clase esperaba impaciente la respuesta del cenizo.