– Más y más coincidencias, esto debe ser una broma – agrego.
– O es el destino – me queda mirando fijamente.
Me quedo pensando mientras caminamos, ¿será realmente el destino? Siempre he leído que le pasa eso a la gente, pero no a mí, pero por otro lado, todo ha sido mucha coincidencia, Starbucks, el avión, nuestra carrera, todo.
Creo que no debo pensar demasiado en esto, si es o no destino, aquí estoy con él, compartiendo parte de mi vida y nada más.
Nos acercamos a una linda boutique del aeropuerto, entro con Valentino, y la verdad debo decirlo, tienen unas prendas preciosas.
– Creo que debería pagarte tu blusa – me dice.
– ¿Qué? ¡Estás loco! No tienes que hacer eso por mí, es solo una blusa.
– Si tengo que hacerlo, realmente he sido un idiota contigo y he actuado como un adolescente, déjame comprarte algo a modo disculpa – sonríe.
– Si sigues sonriendo de esa manera, me costará muchísimo decirte que no.
Besa mi mejilla, y me sonríe. Ganó esta batalla, maldito bastardo encantador.
Jamás pensé que fuera tan divertido comprar ropa con un chico, la verdad es que Eduardo y Alejandro, mis amigos, son muy gays, pero jamás me acompañaban a hacer las compras, no me tenían mucha paciencia pero admito que con Valentino todo es bastante más simple.
Elijo una linda blusa blanca, y Valentino me da el visto bueno.
– Se te ve muy bien Sophie, el blanco es tu color.
– Gracias Valentino – me sonrojo – no tenías que tomarte la molestia de hacer esto.
– Tenía que hacerlo, ya te dije antes, y no quiero volver a repetirte lo malo que he sido contigo.
Valentino paga la blusa, y pega un vistazo a su reloj.
– Me parece que es hora de abordar el vuelo a Milán.
Toma mi mano y enseguida me sonrojo. Sé que no tiene nada de malo, pero apenas nos conocemos. ¿Qué más da? Solo estamos de la mano, el intenta ser amable.
Abordamos el avión y en las pocas horas de viaje que nos quedan, aprovechamos el tiempo para descansar y dormir.
De pronto siento que alguien sacude mi hombro suavemente.
– Sophie, llegamos, ya es hora de que despiertes dormilona – me dice susurrando.
Pestañeo, y miro por la ventana del avión, y me doy cuenta que ya estamos en Milán, mi estómago solo siente mariposas de los nervios, ya saben, muchos años esperando por esto y finalmente hoy estoy aquí, wow.
Bajamos y luego nos dirigimos a buscar nuestras maletas. Valentino me acompaña hasta la entrada del aeropuerto donde muchos taxis esperan ser abordados.
– Supongo que ya es hora de decir adiós – le digo.
– Sophie, esto no es más que un hasta pronto, recuerda que estaremos en la misma universidad y en el mismo curso.
– Oh, cierto – rio tímidamente – lo olvidaba... Compañero.
– Bueno compañera, nos vemos por ahí.
Valentino me da un tímido beso en la mejilla y ayuda al taxista a poner dentro del auto. Cuando comenzamos a andar, me despido agitando la mano.
El taxi me deja a las afueras de la residencia estudiantil donde me hospedaré durante el tiempo que esté en Milán. Una delgada y muy alegre chica me espera al bajarme del taxi.
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Un Beso en Italia
Teen FictionSinopsis: Sophie tiene 24 años, y toda su vida ha tenido que acomodarse a los deseos y órdenes de los demás, siempre posponiendo sus sueños para que sus padres no deban preocuparse de ella más de lo que ya lo hacen. Pero cuando se le presenta la me...