once: el amor

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— Me pregunto que haremos mañana — me dijo Jisung mientras me abrazaba y me hacia cosquillas en la espalda

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— Me pregunto que haremos mañana — me dijo Jisung mientras me abrazaba y me hacia cosquillas en la espalda.

— ¿Qué sucede mañana? — le pregunté. No podía ser un "mesversario" por que seguíamos en Febrero y tampoco teníamos que juntarnos con la hermana de Innie para organizar la boda hasta dentro de una semana, así que estaba completamente perdido.

— ¿En serio, Lino? — me encogí de hombros y lo miré con inocencia para que no se enojara por mi ignorancia.

— En serio, mañana no hay ninguna fecha especial — le dije.

— Es San Valentín — me explicó.

Por supuesto, mañana era 14 de febrero, el día de los idiotas enamorados. Jisung sabía cómo me ponía ese día, molestaba a parejas si las veía besándose en la calle o si caía en un día de clases, me burlaba con Chan de los chicos y sus regalos.

— Bueno, ¿y que con eso? — Jisung me soltó y me miro con seriedad.

— Lo sabía, todo es una farsa, tu no me quieres — dijo con un hilo de voz. Ya conocía ese truco, los últimos días había descubierto lo mal que me sentía cuando fallaba como pareja, así que se aprovechaba de eso y me hacia sentir culpable para que hiciera lo que el quisiera. Antes le habría lanzado un libro por la cabeza para que me dejara en paz, pero ya estaba tan acostumbrado a verlo como mi futuro esposo que cuando me decía estas cosas, a pesar de saber que eran mentiras y que lo hacia para controlarme, sentía una bofetada en la cara.

— Lo siento, Hannie... — me disculpé, pero él no cambio la expresión triste de su rostro. me coloque de puntillas y lo besé con rapidez, vi un atisbo de sonrisa y me separé —. ¿Qué quieres hacer mañana?

— Vayamos a comer a algún lugar después de la escuela — asentí y le dije que podríamos invitar a Beomgyu con Taehyun, para que de una vez esos dos tuvieran una cita.

— No, quiero tenerte solo para mí — me dijo con terquedad.

Era absurdo, pasábamos todos los días juntos en la escuela, lo iba a buscar después del trabajo, no me dejaba sola cuando estábamos en casa y dormíamos en la misma cama.

— Pero, Hannie... — comencé a protestar, pero él bajo la mirada con decepción y tuve que evitar las ganas de darle la espalda y marcharme de nuestro cuarto.

— Hazlo por mí — susurró.

Y ese fue el punto final de nuestra discusión.

No me quedó de otra que aceptar la cita, Jisung sabía cómo hacerme ceder a sus peticiones. Nunca lo habrían imaginado, desde los quince años el me obedecía y parecía sumiso a mis órdenes, pero ahora que parecía saber lo que me proponía con esto de hacerlo feliz bajo cualquier circunstancia, se aprovechaba y ocupaba todos los medios que tenía a su disposición para hacerme caer bajo sus pies.

marry me | hanknowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora