Estaba tan nervioso que no sabía qué cara poner. Era la primera vez que iba a pasar la navidad con su novio, y peor aún, la familia de este. Sabía perfectamente que su pareja tenía una familia exageradamente extensa y muy unida, y temía no ser bienvenido en ella con la misma naturalidad que su pareja y el hermano menor por unos minutos de este lo hicieron. Aunque seguía teniendo sus dudas respecto al hermano, pero poco a poco conseguía que las miradas fulminantes se conviertan en solo miradas penetrantes.
Irwin dio su mejor esfuerzo para que Óscar se mantuviera tranquilo, explicándole que su familia no era como su hermano menor; que sus primos, sobre todo sus primos segundos eran muy amistosos y que seguramente se llevaría bien con ellos. No había dicho lo mismo de su primo cercano. Óscar aún se confundía con los nombres, y solo eran tres.
La familia más cercana y juvenil de Irwin consistía en cinco primos. Supuestamente debería ser fácil de aprender. Y no entendía porque Irwin decía que su familia era extensa siendo solo cinco primos; tal vez tenía que ver con que en realidad no todos los hermanos tuvieran hijos, o no todos los hermanos tuvieron parejas; tal vez cuando se refería a extensa era que había muchos adultos y solo cinco jóvenes, tal vez no. No estaba seguro, y los nervios lo estaban atacando duramente una vez más.
Óscar no se sentía seguro, y su hermana menor fue con él para apoyarlo y porque también quería conocer a la familia del novio de su hermano. Sus padres aprovecharon que sus dos retoños estarían fuera para poder tener una cena navideña romántica. Óscar no estaba acostumbrado a abandonar su hogar en Navidad, siempre había estado con sus padres, bendiciendo la mesa los cuatro juntos, tomando un plato de sopa y pescado de segundo, y después de ver la tele en familia, se iban a dormir y al día siguiente se despertaban con un par de chocolatinas al lado del belén...
Aquellas habían sido sus navidades desde que había nacido, y cuando su hermana Bianca llegó a la familia, todo empezó a ser todavía más mágico, porque ya eran dos los que esperaban con la ilusión, comiéndose los pequeños chocolates del calendario de adviento incluso cuando tenía catorce o quince años, y con la emoción de no poder dormir esperando la bolsa de chocolatinas del día veinticinco de diciembre o los regalos del día seis de enero... Aunque su hermana pequeña tuviera dieciséis años, los dos seguían esperando con esa misma ilusión que el amanecer del día veinticinco llegase como si fuera algo que jamás podría sustituir por nada, y no quería cambiarlo por nada. Pero aquella navidad sería diferente. No solo porque se sentía cada vez más cerca de los veinte que de los dieciocho (estaba justo en medio en aquellos momentos), sino porque la sensación de pasar la noche fuera de casa, haciéndose responsable de su hermana pequeña, para ir a casa de un familiar de Irwin, su novio desde hacía tres años, para celebrar la navidad con la familia de este... De alguna forma hacía que todo se sintiera como un terremoto. Sus torpes pasos lo eran más que de costumbre, y detestaba esa sensación de inseguridad a la hora de caminar.
Su hermana Bianca lo había notado y los dos llevaban desde que se bajaron del autobús (que por cierto, las líneas funcionaban terriblemente mal, y tuvieron que salir antes de casa para no llegar tarde) caminando uno al lado del otro, con sus brazos encadenados porque Óscar sentía que si le soltaban, se comería el suelo. No solo porque era ridículamente patoso, sino porque los nervios lo tenían clavado en el suelo y Bianca lo iba arrastrando.
Irwin le mandó una ubicación cercana a la casa en la que se reuniría con él. Los nervios hacían que su aliento y el vaho saliera entrecortado, carraspeó después de atragantarse con la saliva, Bianca se lo quedó mirando con sarcasmo por eso.
- Ni siquiera viste a Irwin; no puedo creer que te me estés desalando así...
- Lo siento...- suspiró pesadamente.- Necesito recomponerme.
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65.- Una cena de Navidad perfecta (Gay / Homosexual)
NonfiksiÓscar estaba tan nervioso de conocer a la familia de su novio en la cena de Navidad que no podía dejar de ver todos los defectos que tenía y temía que lo rechazasen y que hubiera una mala relación que lo obligase a tener que esforzarse por ser algui...