Los Primeros

Capítulo 1: La Profecía...

El monte olimpo estaba muy ocupado, ese día todos los dioses estaban en el lugar, algunos discutiendo (Poseidón y Zeus) y otros metidos en sus cosas mientras esperan que la reunión empiece, aunque Hera estaba planeando como matar a las crías de su esposo y pensando como ocultarle su secreto y Apolo quien era vigilado por su hermana quien se veía nervioso y asustado.

En eso una luz tan brillante apareció en medio de la sala; ocasionando que Apolo se sintiera celoso nadie brillaba más que él, en el lugar aparecieron tres viejitas que todos conocían muy bien.

·"Mis señoras que podemos hacer por ustedes" – la vos potente de Zeus resonó en la sala del olimpo mientras todos se arrodillaban ante Las Destinos, la incertidumbre y el miedo se marcaba en los rostros de todos.

Que ellas hayan venido personalmente no auguraba nada bueno sobre todo con la tranquilidad que había actualmente, el mundo al que siempre le pasaba algo estaba en silencio, era como una calma antes de la tormenta.

·"Primero, Apolo diles la profecía" – ordeno la mayar, Átropos con una vos que envió escalofríos en la espalda de los ahí presentes.

·"Si señoras" – se apresuró a decir aclarándose la garganta y tranquilizándose ante el miedo que le causaba su presencia y por no hablar del resultado que causaría la profecía.

Tras un camino de destrucción, miseria, guerra y dolor,

la esperanza se acerca con una inédita llegada,

una generación nacerá y un nuevo mundo traerán,

un reinado cesará, el fin y el inicio surge con ellos...

Cuando la última palabra de la profecía salió de la boca de Apolo un gran silencio se hizo en el lugar, un gran silencio recorrió el lugar mientras todos procesan las palabras. Zeus mira Atenea quien se veía pálida siendo la primera en descifrar la profecía.

· "Tal y como Atenea ya descifro la profecía habla del fin de su reinado"- hablaron las Destinos con un tono frio – "pero la profecía se podrá evitar" – menciono la menor – "pero es su responsabilidad descubrir cómo"- terminaron de hablar y desaparecieron dejando a todos en un silencio sepultar, antes que el todo se volviera una calamidad.