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Toda acción conlleva una reacción

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Toda acción conlleva una reacción.

Mariposa Monarca era el nombre que le había dicho Shikamaru cuando el insecto se paro justo en su hombro a la hora del almuerzo al aire libre, unas cuatro horas atrás. Sin embargo, pareciera que ella o él se había encaprichado con su cuerpo porque ahora estaba ahí justo en su pecho parada con un ligero movimiento de sus alas cuando despertó de su siesta.

Se sentó en el sillón donde había caído rendido con cuidado para no espantarla, se quedo quieto viéndola con detenimiento. Era verdaderamente hermosa. Levanto una de sus manos y fue suficiente para que saliera volando por el departamento deteniéndose en una de las tres lámparas que decoraba la sala.

- ¿Te la trajiste?

Naruto vio a Shikamaru que acababa de despertarse de la misma siesta que ambos tomaban después del trabajo.

- No -respondió confundido-, solo apareció. ¿Cómo atraparía una mariposa? -preguntó de inmediato.

- Has hecho cosas más raras -fue la respuesta de su amigo.

Naruto arrugo el entrecejo dejándolo de ver y centrarse en el insecto.

- Es hermosa -murmuró hipnotizado.

- Tal vez te eligió como su compañero -dijo él sacando de la nevera dos cervezas. Le lanzo una donde Naruto la atrapo sin problemas-. Eres su destinado.

- Cierra la boca.

- No te entretengas con la mariposa, mañana tendremos mucho trabajo. Necesitas descansar, el jefe se pondrá furioso si no terminas lo que te pidió.

Shikamaru nuevamente desapareció por la puerta de su habitación para no salir más. Naruto volvió a ver aquella mariposa, curioso de su interés por él.

Abrió la lata de cerveza y procedió a olvidarla para adelantar el dichoso trabajo que le encargo su jefe manipulador y ególatra. Abrió la laptop no sin antes abrir una de las ventanas del departamento en caso de que ella quisiera salir. Se sentó en el sofá nuevamente y continuó con su informe.

Tocó de manera inconsciente su collar con los dedos frotándolo unos minutos después de escribir por tantos minutos seguidos, vio al insecto con el que seguía maravillado con sus colores como la primera vez. Sentía que era llamado de alguna manera, su pequeño aleteo en descanso era magnético, estuvo a punto de ponerse de pie de no haber sido por un lamento de Shikamaru por todo el trabajo que tenia frente.

Tomo un gran bocado de aire, bebió de la cerveza y continuó su trabajo.

Las siguientes horas fueron duras, ya marcaban las dos de la madrugada cuando ella decidió volar nuevamente hasta parar en su cuello. No se movió hasta que llegó a detenerse en su pecho, aleteando suavemente como si buscara algo. Su color anaranjado y negro lo hipnotizaba de una manera que lo hacia sentir extraño, melancólico por alguna razón.

MONARCA - NARUTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora