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El té sabia más amargo de lo que creía.

En su mundo solo había bebido té junto a Shikamaru, Neji y Hinata cuando su némesis, jefe, los había obligado a participar de una comida de negocios. Al menos este no era tan malo como aquel que lo dejo dentro del baño por tres horas.

Bebió otro sorbo sin quitar la vista del collar que portaba el mago, uno dorado y atrayente. Luminoso como el cielo con las estrellas entregando vida cada noche en aquel mundo.

- Contiene un gran poder mágico -interrumpió Jiraiya al notar su atracción por el objeto-. Un collar que pasa solo en manos de quienes no tienen atracción hacia la magia.

- ¿No cualquiera puede tenerlo?

- Si tú lo tocaras te volvería loco de obsesión. Tratarías de asesinarme con tal de obtenerlo.

- Oh.

- No lo asustes -reprendió Palias sirviéndole un poco de jugo natural.

- Gracias -sonrió-. ¿Cómo está Alastor?

- Mejor que nunca, tan bravo como siempre y gruñón con todos -se desquitó el mago.

- Por alguna razón Alastor lo detesta. No deja que se le acerque -explicó Palias.

- Algo le habrá hecho.

- ¡No le hice nada!

Naruto contuvo la risa mirando el paraje que entregaba aquel pequeño salón abierto al jardín, una vista envidiable para los mortales. Esa mañana al despertarse y sin querer salir de la cama, un sirviente llego y sin permiso le indico que tomara una ducha porque tenia vista a la que atender. Minutos después estaba ahí junto a Palias y Jiraiya bebiendo el té de la mañana.

- ¿Cómo van las cosas?

Naruto no quiso responder a la pregunta del mago, seguía con aquella inquietud en su pecho y estomago. Unas molestas sensaciones que lo estaban volviendo malhumorado.

- Será imposibles separarlos.

- ¿Te diste por vencido tan rápido?

- Solo digo lo que es. Sasuke paso la noche con ella.

Jiraiya enarcó una ceja con una extraña e irritante sonrisa ladina.

- ¿Qué?

- ¿Cómo lo sabes?

Naruto respiro profundo no queriendo descargarse con él.

- Salí por algo de agua y comida -omitió avergonzado por alguna razón-. Lo vi entrando a su habitación.

- No es nada nuevo -dijo Palias, pensativo-. Los rumores dicen que el emperador de vez en cuando pasa a ver a la señorita Sakura a su habitación.

Otra punzada que lo hizo llevarse una mano a su pecho.

- Debes hablar con él, entablar una conversación que haga que el emperador sienta atracción hacia a ti -soltó el mago.

Naruto rio tan fuerte como pudo.

- Si se arrodilla ante mi, tal vez lo considere.

- Un emperador jamás se arrodilla -dijo Jiraiya solemne-. Eso sería el fin para la historia y el orgullo del imperio.

- Solo ha habido un emperador que se ha arrodillado -mencionó Palias-. Tu tatarabuelo fue el causante del gran amor del emperador Uchiha, se arrodillo ante todo el pueblo para pedir su mano y demostrar su verdadero amor. El consejo no podía creer lo que veía.

- Ese hombre debió ser increíble -murmuró.

- No lo creas -intervino el mago-. El fue un hombre despiadado que no dudaba en torturar y asesinar, tu antepasado fue quien le planto cara enamorándolo al instante. Un Uzumaki que logró detener la sangre fría de un Uchiha.

MONARCA - NARUTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora