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𝐇acía exactamente treinta minutos había llegado al especioso y lindo departamento que compartía con HyunJin desde que antes de que decidieran, felizmente, unirse en matrimonio.

Era un cálido lugar que ha sido testigo de cada uno de sus peores y mejores momentos juntos. Considerando que, para él, este era uno de los peores momentos que han atravesado a lo largo de toda su relación.

Recostado sobre la bonita isla de mármol de la cocina esperando a que la pasta para el almuerzo terminará de cocerse, se mantenía perdido en sus pensamientos, todos y cada uno de ellos rotando entorno al amoroso hombre de pelo cobrizo y atractivo delirante que tenía como esposo.

Ese mismo que estaba a nada de provocar la extinción masiva de todas sus neuronas.
Incluso era triste ver como su sillón favorito lucia tan organizó, limpio y desolado, siendo este uno de sus lugares favoritos para tener sus encuentros sexuales.

Irónicamente, fue ese lugar que se encontraron íntimamente por última vez, antes de que HyunJin diera un giro de 180° grados a toda su estabilidad sexual

No lo juzguen. Después de todo seguía siendo un hombre con deseos y necesidades carnales, sometido al castigo diario de tener que ver a HyunJin cambiarse descaradamente frente a sus ojos sin poder tocarle ni un solo pelo.

Todo eso contribuiría a que, próximamente, le salieran canas verdes en el culo por la desesperación.

Salió de su ensoñación al escuchar como el horno pitaba en señal de que el pollo que había metido a asar ya estaba cocido, se dio la vuelta y tomó los guantes de cocina térmicos sacándolo del horno, y sonriendo con satisfacción por el color y aroma exquisito que tenía. Camino hasta la reducida pero elegante mesa de caoba pulida y dejó la carne sobre este, uno de sus mejores vinos que guardaban en su colección y dos copas enormes.

Cuando ya había terminado con toda su labor culinaria, se recostó sobre el sofá liso con frente al gran ventanal que mostraba los enormes y elegantes edificios de la ciudad, distraído en como el sol iba bajando y las nubes reinaban en el cielo azulado.

En el momento en que se iba a levantar para tomar un baño antes de que HyunJin llegara, pateo accidentalmente su bolso haciendo que todo lo que tenía dentro quedara regado por el piso, pero recogiendo el desorden rápidamente.

Se agachó para tomar su teléfono, siendo este lo último que faltaba por recoger, pero de inmediato notó la tarjeta con el número del consultorio que le había dado SeungMin horas antes, Justo dejando de su teléfono.
Pensó que esa, probablemente, era una tonta señal divina que le gritaba la solución de todo ese embrollo.

𝐁𝐨𝐭𝐭𝐨𝐦  ʰʸᵘⁿᶜʰᵃⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora