Sonic El Erizo... La cosa viva más rápida existente, un ser con dones nunca antes vistos el cual ha llevado una vida solitaria desde el momento en que nació, cansado de esto decide salir de su isla natal en cual permanecía escondiendo su poder, todo...
Hay quienes creen que las "aventuras" son algo malo, un camino a arriesgarte a lo desconocido y exponerte al peligro inminente que azota a cada que nos movemos... Si bien estos pueden ser algunos de los contras, la realidad es que el vivir aventuras no tiene porque ser algo malo, es una puerta que da posibilidades de descubrir cosas nuevas y asombrosas.
O por lo menos...
Eso esa es la ideología que mantiene nuestro protagonista.
Esta historia comienza en un lugar llamado Christmas Island, una zona demasiado pacífica en su mayoría de la cual nunca pasaba gran cosa... Hasta se podría decir que es algo aburrida en cierto punto, una isla lejos de las 5 grandes naciones ninja.
Los habitantes de este lugar eran gentiles, vivían en orden, sin ningún tipo de problema como crímenes... Para cualquier persona este se le haría un oasis... La única cuestión es que todos son algo "cuadrados" ¿qué quiere decir esto? Cada ser vivo aquí sigue su propio protocolo, un orden para realizar sus actividades al día a día formando así un sistema rectamente funcional.
Sin embargo... Había un habitante aqui...
Uno el cual era completamente diferente a los demás.
Uno que odiaba los protocolos y las reglas, alguien fanático de la libertad que vivía su vida a su propia manera, alguien que dejaba que su vida no tuviera un rumbo fijo...
Dentro de esta isla se puede ver una luz azul fugaz moviéndose de a un lado a otro... Pero si observamos atentamente notaremos que esta es una criatura de color azul y grandes púas rodeandola, un ser el cual corría sin parar luciendo esos llamativos tenis rojos con hebilla dorada... Este era un espécimen que alcanzaba velocidades nunca antes vistas...
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Este era Sonic El Erizo...
Sonic: ¡WOHOOOOOO!.
Exclama aquella criatura que corría como si nada en el agua formando enormes olas... Mantenía una gran sonrisa ahora moviéndose a través de los caminos permitidos por la isla, suspiraba sintiendo el viento golpeando su rostro... Se notaba que disfrutaba de esta sensación.
El chico siguió y siguió pareciendo un simple borron para algunos y una luz brillante para otros, ahora si bien el erizo amaba correr... El tamaño de la isla no le permitía moverse a libertad, literalmente la atravesaba de un instante para otro cosa que le parecía realmente aburrida y digo... No lo culpen, después de todo solo es un niño.
Al paso de un rato llego el momento de volver a casa... Así que como era costumbre, cargo velocidad y salió disparado dirigiéndose a su hogar yendo por un camino por el cual tenía que atravesar su aldea.
Sonic: ¡buenas tardes a todos!. - dice en un instante pasando a través de las calles formando una enorme cortina de polvo y viento el cual alborotaria al resto, mandando a volar mercancía de vendedores, llenando de polvo comida... Y de paso arruinando una propuesta de matrimonio que estaba por ocurrir.
