Capitulo 3: Negación.

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Hola hola, millones de gracias a todos los que han seguido la lectura, no me imagine que personas si fueran a leer este fanfic, estoy demasiado agradecida y lamento mucho la demora, no tenía inspiración :c y deje la app abandonada, espero les guste este nuevo capítulo de mi regreso. ❤️
Lean con alegría y sueñen con emoción. Feliz lectura.~

Jun.
Me metí a la ducha, estaba cansado de todo lo que había implicado el día, sabía perfectamente bien que haber escogido a un nuevo Uke en mi vida era una terrible idea, pero ¿Que podía hacer? Estar solo no era una buena opción, no después de la manera en como Otto me había dejado, haciéndome creer que me amaba para después alejarse de mi, con la estupida excusa de que tenía cosas pendientes en su antiguo hogar. Suspire al recordar cada una de sus palabras mientras sentía como el agua fría me recorría el cuerpo, estaba arto, arto de recordar, de recordarlo y lo que mas deseaba era olvidarlo.
Así que esta bien, dejar entrar en mi vida a ese chico, a ese tal Yoseob, aun que se bien que me costara hacer que se enamore de mi, mas por el hecho de que no es gay ¿entonces que hace aquí? ¿Para que venir a este internado si le aborrece la idea de que un chico lo toque?
Solté un gran suspiro antes de salir de la regadera y tomar mi toalla envolviéndola al rededor de mi cintura, no estaba dispuesto a ver como aquel chico se negaba a todo, me sentía cansado de perseguir personas, así que si seguía metido en ese tipo de negaciones tendría que obligarlo, lo cual le causaría un trauma de por vida, entonces no, joder, algo se me ocurrirá.
Termine de pensar en todo aquello y salí del baño encontrándome con la sorpresa de que aquel chico tomaba su maleta y abría la puerta dispuesto a marcharse.

Yoseob.
Mientras el mayor estaba en la ducha yo me senté sobre la cama desordenando mi cabello, cansado, estresado y maldiciendo a mi tío por haberme traído aquí, por haber cometido el grave error de meterme a este internado de homosexuales, no sabia que eran capaces de hacer, que podría implicar estar aquí y eso...eso me daba miedo, no podía quedarme ni un segundo mas ahí a la espera de que pasara lo peor. Así que me levante de la cama y tome mis cosas dispuesto a salir por la puerta, cuando de pronto unos brazos rodearon mi cintura y mi espalda toco el pecho de aquella otra persona, me altere un poco y comencé a moverme para que me soltara-suéltame, déjame en paz, quiero irme-grite desesperado, no quería seguir ahí, estaba muy asustado, pero aquellos brazos no cedían, me sujetaba con mas fuerza apretando mi cuerpo hacia el suyo-no te vayas-pude escuchar aquel susurro cerca de mi oído lo cual hizo que mi piel se estremeciera-te suplico que no te vayas, si lo que quieres es que no te ponga ni un dedo en sima, no lo haré, pero no te vayas, necesito la compañía de alguien si no me volveré loco, en serio Yoseob, seamos amigos al menos, no te tocare si no lo quieres.-me sorprendí demasiado al escuchar aquellas palabras, sentí como la tranquilidad me invadía y deje de forcejear-e...entonces suéltame-murmure con la voz algo temblorosa.
-Lo haré si me prometes que no te iras.-dijo algo cansado y con cierta tristeza en su tono de voz-te lo prometo pero suéltame por favor.- Lentamente sus brazos soltaron mi cintura y se alejó de mi, mire un momento la perilla de la puerta pensando en girarla, abrir e irme, irme y olvidar todo, pero no pude, en vez de eso me di la vuelta y observe al mayor-me quedare, pero haces algo indebido conmigo y me largo-solté un suspiro enojado y cansado, deje mi maleta a un lado y me dirigí a la cama pasando por un lado suyo para recostarme boca abajo y cerrar los párpados cayendo en un profundo sueño.

Jun.
Estaba totalmente  agradecido de que no se hubiera ido, me sentía aliviado, realmente necesitaba a alguien conmigo, aun que sea un amigo. Tenía amigos pero todos ellos eran personas que solucionaban sus problemas con alcohol y drogas, yo hacía tiempo que dejé todo eso y solo los saludaba en medio de una clase a otra, muchos me habían enviado mensajes de texto preguntándome que había pasado, si ya no me iba a juntar con ellos después de clases y yo solo les decía que tenía que estudiar o que me sentía mal. Hacia tiempo que ellos no me enviaban un mensaje y yo deje de hablar con mas personas. Yoseob era un chico bueno, se podía notar su inocencia, que de seguro jamas había probado una droga o siquiera fumado y que a demás jamás había tomado hasta vomitar o desmayarse.
Después de haberme cambiado y agradeciendo que la toalla que me cubría la parte baja de mi cuerpo no se hubiera soltado ante aquel forcejeo, me coloque a un lado de la cama en donde él dormía y lo observe, primero sus párpados que cubrían la vista de sus ojos, después sus labios gruesos y rojizos, me tardé más de lo normal observando sus labios, tenía un gran deseo de tocarlos y no me refiero a solo tocarlos con mis dedos, deseaba tocarlos con mis propios labios. Aquel impulso no lo resistí y termine por rozarlos con mis labios, el sabor era inigualable, era muy diferente al sabor de Otto que aun podía recordar, me resultaba mas dulce, mucho más adictivo y eso era increíble, aquel beso había sido breve y rápido pues temía despertarlo y con el romper la promesa que le había hecho. Pero no pude resistirme, ese sabor era único y tenía que volver a disfrutar de él, así que sin mas acerque de nuevo mis labios a los ajenos y comencé a moverlos suavemente sobre los dulces labios del menor, se sentía tan bien,tan suaves, tan placenteros. Tenía que detenerme y con todas mis fuerzas opte por dejar aquellos labios dormidos por el sueño en el que el menor se encontraba, pero para mi sorpresa al separarme y abrir mis ojos me tope con los ojos café oscuro del menor. Rayos, había cruzado la línea.

Continuará...

Muchas gracias por leer, estoy muy emocionada e inspirada debido a cada uno de los comentarios que eh tenido el placer de leer, así que, estaré actualizando mucho, eso espero, nos leemos luego, saludos.~

Internado/ Yaoi JunSeobDonde viven las historias. Descúbrelo ahora