Capítulo Uno

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Reglas básicas para sobrevivir.

Nunca le cuentes demasiado a alguien. Puede utilizarlo en tu contra.
No te dejes llevar por impulsos. Luego te arrepentirás.
Todo tiene consecuencias. TODO.
No te fíes ni de tu sombra. Siempre hay alguien que te tomará por tonto.

Mi habitación.

Ahí estaba yo. Dando vueltas en la cama. Todavía sin el pijama y eso que ya era tarde. Tenía la cabeza en cosas más importantes como para pensar en el pijama. Acababa de pintarme las uñas y no habías pasado ni diez minutos cuando ya las tenia borradas.
Estaba inquieta, nerviosa. Sabía que algo iba mal. Cogí el móvil y le mandé un mensaje a mi novio, o por lo menos creía que lo era. No me contestaba. Ya era el tercer mensaje que le mandaba y ni lo había leído, ni tenía pensamiento de hacerlo.
Sabía que algo pasaba. Él no solía estas dormido a esa hora.
Al final decidí mandarle ya el último mensaje, si no me contestaba, alomejor si estaba domrido.
No pasó ni treinta segundo cuando ya me había respondido:

- Estaba dormido.

Por un segundo me lo había imaginado en su cama, acostado y soñando conmigo pero sabía que eso era imposible. Demasiado angelito para él.

- ¿Porqué has borrado el estado que tenemos los dos juntos?- Realmente me había dolido que borrar un simple globito que significaba algo para los dos. Que pasa, ¿que ya no quería estar mas conmigo? No tenía claro si estábamos juntos o no pero que ya borrara eso me hacía tener más dudas todavía. - ¿Qué pasa? ¿Qué me has dejado? Ah por cierto, siento haberte despertado.-

- Déjame. Hablamos mañana.

- No mañana no. Dímelo ahora.

- Voy a dormir. Buenas noches.

No podía dejar las cosas como estaban. Habíamos discutido por la tarde pero no podía irme a la cama así. Tenía una corazonada, algo iba mal y no iba a parar hasta saber que estaba pasando de verdad. No entendía porque no le creía y decidí llamerle.
Tardó un poco en cogermelo pero al final lo hizo.

- Me quieres decir porque has borrado eso. ¿No quieres estar conmigo?- Puedo ser realmente pesada si me lo prongo. Llegé a imaginarme infinitas cosas que estaban pasando en ese mismo momento. Pero no creía que el me estuviera mintiendo o por lo menos eso quería. Alomejor solo tendría un mal día o estaba cansado. No sé, alomejor no tenia ganas de hablar y ya está.

- ¿Qué quieres Ana? Déjame dormir ¿no?- Fue lo primero que me dijo nada mas coger la llamada. Notaba algo raro. Escuchaba ruidos de fondo. Estaba con alguien. Segurísimo.

- Dime por lo menos si "estamos" o algo.

Y de repente me cuelga. No me lo podía creer. Empecé a sentirme mas nerviosa aún de lo que estaba. Me recorrí la pequeña habitación unas cuantas de veces antes de volverle a llamar.

-¿Dónde estás?- Yo podría llegar a ser más persuasiva que el FBI. No se me iba a escapar tan fácil. Sabía que había gato encerrado.

Volvió a colgarme un par de veces más. Me estaba perdiendo la serie que veía en la tele que estaba encima del escritorio de mi cuarto, realmente ya no me importaba. A la que todavía no le había encontrado un sitio.
Decidí mandarle un mensaje porque la verdad es que mi móvil no se escuchaba del todo bien ya que estaba un poco roto. Le dije que me mandara una foto de donde estaba. Y así lo hizo.

- Imagen.

- Esa no es tu casa.- El corazón me iba a mil. ¿Me había mandado una foto y quería hacerme creer que era su casa? No me lo podía creer. Había estado demasiadas veces en su casa como para saber que ese salón no era el suyo. Además, él me había dicho que estaba acostado. No entendía nada.

- Es lo de mi abuela que había estado pegando.- Seguía mintiendo. Increíble. Tampoco era lo de su abuela. Es cierto que algunas veces en la noche se llega a su casa a ver como están. Pero sabía que este no era el caso.

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La pregunta era.. ¿Dónde estaba?

una vida sin pies ni cabeza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora