Sin reyes

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𝘼𝙡𝙖𝙣𝙖

—No podemos —Fue lo primero que dijo Leyla. 

—Debemos —pronunció Kaile como si fuera un veredicto. 

—Es demasiado arriesgado —Se notaba el miedo en la voz de Kaily. 

—Todo lo que es nuestro está en peligro — Dijo Ashtar 

—Supongo que tendremos que volver a hacer lo que hicimos en el pasado, pero no tenemos a Licialy ni a Rowan, ¿que haremos sin ellos?, son cruciales para esto si queremos sobrevivir —la desesperación en su voz se notaba, era la de Annabeth. 

No se que estaba haciendo aquí, ni donde estaban ellos, no veía nada, solo se que de repente aparecí aquí, que de un momento a otro estaba esposada y estaba inclinada ante los Reyes, aunque no escucho a Licialy ni siento la fuerte presencia de Rowan. 

Solo se que los Reyes están discutiendo sobre algo muy importante. La reina de  Orgoglio, Leyla Sabipn, el rey de avarizia,Kaile Piterson,la reina de lussuria,Kaily Piterson,el rey de la ira, Ashtar Kinfyii, la reina de gola, Annabeth Konhguo y los Reyes que faltan en esta reunión,la reina de invidia, Licialy Ishtar y finalmente el rey de pigrizia, Rowan Lester. 

Son demasiados nombres, lo sé, pero si no te lo sabes, te ejecutan, tienen un acento diferente, cosa que es rara, ya que en sí, provienen de la misma familia, la familia de los traidores, la única familia que tiene sangre mitológica en sus venas, después de todo, las demás familias como la de ellos, desaparecieron misteriosamente. 


𝘾𝙝𝙧𝙞𝙨𝙩𝙚𝙡

—¡Christel! —Me grito mi mejor amigo, Neil, haciendo que se me caiga mi pedazo de pastel

—Estaba comiendo, ¿sabes?, ahora me pagas otra rebanada. 

—Ay no, yo no pago comida que se cae por mi culpa, ahí tú te las arreglas, pero te tengo que contar un chisme, que uf, hasta te caes de la silla —Antes de que me lo pudiera contar, entraron dos personas a la cafetería, una rubia con ojos grises y una mirada que te mata y un peli negro pálido con ojos azules oscuros, ambos estaban mirando hacia donde estabamos nosotros. 

—¿Se les perdió algo o acaso les gustamos? —preguntó Neil con un tono molesto

—Neil, déjalos en paz y vamos antes de llegar tarde —dije mirándole con regaño 

Ambos chicos nos miraron molestos, no sabía quienes eran pero al momento de salir de la cafetería ni cruzamos el pasillo completo, nos empujaron contra los casilleros. 

—Se creen mucho, ¿no? —dijo la chica poniendo su antebrazo en mi cuello ejerciendo presión. 

—Deja a la chica, Licialy, ella no nos insultó —aunque el chico le dijo que me soltara, la chica, Licialy no me soltó, al contrario ejerció más presión, ahogandome, hasta que el la alejó de mí con un empujón, dejándome respirar, aunque estuve tosiendo, agarrandome el cuello con ligeras lágrimas en los ojos. 

—¡Christal! ¿Estas bien? 

—¿Me estas preguntando si estoy bien cuando literalmente estoy tosiendo? 

Ambos miramos a los chicos quienes nos estaban mirando molestos, asentimos como una señal y corrimos a nuestro salón, empujando a esos bravucones a propósito mientras reíamos. 

AmatistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora