Pensar en el rojo intenso de esos ojos comenzó a enloquecer a Lydia. No los espantosos alaridos de sus amigas, ni los regaños que les daba su padre, nada de eso. No sabia la razón por la cual esos ojos la acechaban, ella sabía muy bien que tenía que contárselo a sus padres e incluso a sus amigas pero le fue difícil decir palabra alguna.Lydia no aguanto mas que tuvo que bajar la ventana, el viento pegaba contra su rostro, un viento cálido, este le recordaba a su niñez en el bosque cuando su familia hacía días de campo, el sol era radiante. Era todo tan Pacífico hasta que aquella brisa se fue enfriando, ya no sentía el calor de antes, intento abrir los ojos pero le fue en vano cada segundo los gritos de sus amigas se fueron apagando hasta el punto de no oír nada, solo el viento pegando su rostro. Después de unos segundos vio esos ojos rojos los cuales la miraban fijamente "que quieres" quiso gritar pero no salía nada de su boca el se fue acercando cada ves mas, ella sentía nervios mientras caminaba un paso atrás. Cuando sintió que un pie se le resbalo, volteo, un hoyo, "genial" pensó, no se le veía la profundidad, se volteo, sus manos le temblaban, su corazón estaba acelerado, miraba de lado a lado en busca de una salida, pero no tenia estaba atrapada.
- Los sueños pueden ser reales pequeña Alison- sonrío mostrando sus colmillos "lobo" pensó- Corre... Por tu vida.
Un empujón necesito, para sentir el vacío de como caía, no grito y aunque lo hubiera hecho no la hubieran escuchado, cerró los ojos fuertemente y al volverlos a abrir allí estaba en el carro sus oídos volvieron a escuchar los fuertes alaridos de sus amigas, los regaños de su padre, el viento cálido volvió. Tenía la garganta seca, pero eso no impidió que hablara.
- Papá... - la voz le sonó ronca.
- ¿Si cariño?
- No nada olvídalo.
- Señor Jones, no ha contestado mi pregunta- dijo Sarah, Lydia pudo notar un poco de irritación en su voz- ¿Ya vamos a llegar?
- Sarah, querida hace 1 minuto te dije que faltaban 45 minutos para llegar.
- Ve Señor... Le dije que les pusiera cinta adhesiva- dijo Natalie.
En ese momento Alison dejó de prestar atención, no le interesaba seguir escuchando los quejidos de sus amigas o la irritación e ironía que usaba su padre con ellas, solo le importaba una cosa y eso eran los ojos y la voz de su sueño.
- ¡Llegamos!
Todas las niñas se bajaron del auto menos Alison, eso no quería decir que no hubiese escuchado, de hecho ella se había dado cuenta desde hace mas tiempo que sus amigas, pero no quiso bajar. Se asomo por la ventanilla, el campus era grande, y lo sabía por que ya había estado allí antes, cuando se desató la guerra por el asesinato de su hermano. El campus era un lugar en el cual iban todas aquellas personas, cabe resaltar sobrenatural, que buscaban refugio, solo abría sus puertas a aquellos que lo necesitaban y en verano. Para el tiempo en que ella llegó allí por primera vez era primavera, su padre rogó que le dejaran hospedar unos meses, para que no le pasara nada, así fue, ese año se perdieron demasiadas vidas contando la de su hermano.
- Als, tienes que bajar ya.
- No entiendo por qué tenemos que quedarnos acá todo el verano, ya tengo 19 años, se cuidarme.
- Lo se nena, pero no estas a salvo- su padre exhalo- mira te prometo que cuando se acabe el verano iremos a esa casa en la playa que tanto quieres visitar, te entrenare como es debido y nos puedes ayudar a tu madre y a mi- le sonrió su padre- solo, no te quiero perder a ti también.
Alison miro a su papá y se lo pensó unos segundos.
- ¿Me lo prometes?
- Te lo prometo- una lagrima salio de sus ojos, Alison lo abraso fuertemente y bajo del carro.
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