Gotas 127 y 128

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#127:
—Sabías que había un riesgo y decidiste jugar. Ahora pagarás tu insolencia –díjole el demonio al ingenuo adolescente que lo despertó de su letargo, antes de tomar su cuerpo.

#128:
Hastiado de la soledad, escapó de su madre y salió del sótano para asustar un poco a los vivos. La muerte era demasiado aburrida para un niño. 

220 gotas de lluvia y sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora