See you in a ¡Flash! | Bakushima

Capítulo 14.

Por Kirishima. 

La alarma sonó. No una alarma convencional, sino una personalizada que puse hace unos años. Tell Me de Wonder Girls, siempre tenía el poder de hacerme despertar de buen humor. Me estiré un poco antes de tomar el móvil y apagar la agradable melodía, puse de nuevo la cabeza sobre la almohada suspirando bajo antes de levantarme. Claro, tengo que responder los mensajes de Amajiki y Mina, agregando ahora los de Denki que desde que fue a rescatarme de la casa de Bakugo no me dejaba en paz pidiéndome detalles de mi vida con él, siempre le digo que no somos nada pero es en vano, Denki insiste. 

No somos nada. Ahora me puse pensativo. Me senté en la cama y me puse mis pantuflas, quedándome sentado un rato más. ¿De verdad éramos algo? O simplemente... Sacudí la cabeza un par de veces, no quería seguirlo pensando porque siempre llegaba a la misma conclusión: Bakugo jamás formalizaría algo entre los dos. 

Me levanté de la cama y me dirigí al baño rascando mi nuca, me miré un poco el espejo, pasé mis manos por mi rostro un par de veces y acomodé un poco mi cabello. Diablos, el tinte se está comenzando a caer, tendré que usar una bandana en lo que puedo retocar mi cabello de nuevo. 

Mientras me duchaba no pude evitar pensar. ¿Por qué Bakugo me evita tanto?; hemos salido mucho últimamente y también hablamos más. Por mensaje nuestras conversaciones son más frecuentes e incluso lo he llamado un par de veces y obtengo respuesta. Simplemente no entiendo qué pasa. ¿El problema seré yo? 

Enjuagaba mi cabellera cuando de nuevo el pensamiento llegó a mi cabeza. Bakugo acababa de romper su matrimonio con Camie, pero ya hemos estado juntos en ese tipo de situaciones... Me quedé quieto, completamente estático al recordar algo así, un cosquilleo llegó a mi espina dorsal haciéndome estremecer. Si ya tuvimos esos encuentros... ¿Quiere decir que nos gustamos, no?

Cuando hicimos eso la segunda vez, él no paraba de decirme que soy muy bonito y cosas así, ¿Eso quiere decir que le gusto?

—¡Aaaah! ¡No lo entiendo!— alcé la voz para mí mismo tirando un poco de mi cabello. 

Al salir de la ducha, me quedé parado frente al armario mirando el celular y cuando iba a sentarme para pasar horas deslizando mirando videos, ví la hora. ¿¡Tan tarde se me hizo!? Tomé cualquier cosa y salí corriendo, volviendo rápidamente por la bandana, no dejaría que Bakugo me viera las raíces convertirse en su color original. 

Corrí hacia el auto de Amajiki que ya me esperaba, subiendo con torpeza golpeando mi cabeza en la puerta del vehículo. Mientras íbamos camino a la agencia seguía arreglándome, acomodé mi cabello, me sersioré de que en mi rostro no hubiera nada, arreglé mi ropa y permanecí mirándome en el espejo un buen rato. 

—¿Qué haces? Me das miedo.— oí a Amajiki hablar y lo miré de reojo encontrándome con mi mejor amigo mirándome con horror, como si hubiera visto algo terrible. 

—Me arreglo. ¿Nunca has visto a alguien cuidando su aspecto?— pregunté acomodándome nuevamente en el asiento mirándolo con el entrecejo algo fruncido.

—Si pero no tan frenéticamente como tú.— respondió fingiendo escalofríos. —¿Es por Bakugo, verdad?— me cuestionó burlándose. 

Me hundí en el asiento y cubrí mi rostro con mis antebrazos. —Tal-Tal vez..

—Ya te dije que dejes esos sentimientos guardados en una caja. Sólo te harán daño si sigues haciéndole caso a una ilusión absurda.— auch. Amajiki tenía este poder: ser seco, directo y firme. Aunque a veces le ganaba la culpa y me pedía perdón por hablarme feo.