- Sin embargo, ¿cómo es que se conocen durante tanto tiempo? -Sanji preguntó perturbado, y mientras tanto, miró al hombre; dio una calada a su cigarrillo y se preparó para interferir si el bastardo se sentía demasiado cómodo con ella.
Nojiko, adivinando el pensamiento de Nami, contestó a la indiscreta pregunta.
- No creo que alguna vez olvidé la cara de este mocoso cuando Nami simplemente le robó unos cuantos berries -había dicho entonces, Roy le dio un codazo a Nami con una risa incómoda mientras se frotaba la nuca.
Nami tuvo la delicadeza de parecer avergonzada, pero solo un poco.
- ¡Hump! En ese tiempo él era un niño adinerado y siempre presumía su ropa cara y bonita -dijo Nami en un intento por defenderse, cada vez más ruborizada, luego frunció el ceño infantilmente -, era un idiota presumido así que le di una lección y también le robe su cartera.
Hubo un breve silencio antes de que Nami estallara en carcajadas, y Roy se unió a ella en un ataque de risa.
- Oye, eso fue bastante cruel -ella ladeó la cabeza cuando él estiro el brazo y le acarició la mejilla antes de aplastarla entre sus dedos-. Te recuerdo que ahora soy mucho más alto.
- Sigues siendo el mismo idiota.
Chopper comía la última mandarina antes de que fuera robada por Luffy, considerando su pregunta. Usopp a su lado exhaló y no pudo evitar sentir curiosidad por la historia de ambos. Robin se rió de buena gana.
- Entonces, Nami... ¿tú le robaste y simplemente se volvieron amigos? -preguntó poniendo los ojos en blanco. Giró un poco su cabeza y señaló a los dos.
- No me sorprende -murmuró Franky, haciendo las últimas mejoras en un aparato especial para Nojiko y el huerto. Nami le lanzó una mirada que hablaba de tortura y asesinato en dirección al cyborg.
Luffy, por otro lado, se quedó mirando fijamente sin comprender, pareció interesado también.
Desconcertada por la pregunta de Usopp, Nami se limitó a mirar el cielo fijamente, por un segundo llevó su dedo a su mentón de forma pensativa, las joyas parpadeaban en su muñeca mientras la plata y el oro tintineaban bajo la brillante luz del sol durante un rato antes de reírse y su sonrisa volvió enigmáticamente.
- No, en realidad no, Roy se acercó a Bellemere y le dijo que su pobre hija le había robado.
Su hermana soltó una carcajada. En realidad extrañaba esos tiempos, poco después Zoro apareció ante el grupo bostezando, estirando sus largos brazos y lanzó un suspiro contenido.
- Bellemere les obligó a hacer las paces; Nami le devolvió la cartera y Roy solo estaba feliz de tener una amiga con quien jugar.
- Me devolvió una cartera que ya estaba vacía -Nami giró los ojos de lo infantil que parecía y él le tomo de la mano colocando entre sus dedos la mandarina que le había quitado la cascara para que ella comiera.