CAPITULO DOS

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Sus ojos viajaron siguiendo la pelota hasta que termino en sus manos, volteo su mirada a la cancha y pudo ver esos dos hermosos ojos que ardían como el fuego mirándolo intensamente y fijamente solo a él con una enorme y hermosa sonrisa, todo el mundo lo levanto y lo felicitaron,

Sabito le había dicho que tenían que ir al área de fotos para que le firmaron, realmente le gusta el deporte y Makomo asintió dándole la razón, y el solo podía pensar en esos intensos ojos, sentido un sentimiento de melancolía en su pecho a verlo jugar desde las gradas,

Se veía su energía desde lo lejos alguien que es fácilmente amado y querido por toda una nación tendría que ser como él. Paso un buen tiempo para que se acabara el partido, su corazón latió rápidamente mientras sus amigos le abrían paso entre la multitud para poder verlo, apenas lo vio solo estiro su mano con la pelota, el otro la tomo y la firmo poniendo unas cuantas cosas más.

-Llámame –apenas alcanzo a escuchar lo que le dijo, puso nuevamente la pelota con un leve sonrojo que se propago en su cara cuando sintió el rose de su manos- Te espero –el asintió un poco con el enorme sonrojó en su cara la gente lo empujo rápidamente hacia atrás, fue sujetado por sus amigos, se cubrió el rostro con sus manos-

-Que sucedió Giyuu? -la suave voz de Makomo llego a sus oídos, el respiro hondo, ambos tenían la duda que había pasado con su amigo-

-Me dio su número y quiere que lo llame –Makomo sonrió de la felicidad, Sabito quedo en un enorme shock, una estrella en asenso será su cuñado, era y parecía ridículo, pero estaba sucediendo-

-Que es lo que esperas? Háblale -Makomo lo animo inmediatamente, el negó con la cabeza empezando a caminar Makomo lo siguió jalando a Sabito- Solo una oportunidad dale –llegaron al punto de encuentro los tres Vivian en diferentes lugares, pero solían encontrase en una calle siempre, la calle de su maestro el señor Sakonji-

Llego a su departamento tirándose en el sofá era algo tarde e incluso podría asegurar que era de noche, suspiro acostado el sofá de tres personas, la pelota estaba en la mesa, estaba viéndola cuando se quedó dormido.

"Rengoku basta, no puedes gastar energía así", el otro solo hizo una mueca infantil de fastidio y lo abrazo fuertemente, estaban atrás de un árbol para que nadie los molestara, Rengoku lo abrazaba fuerte mientras escondía su cabeza en su cuello, y le imitaba, hasta que el otro decidió seguir con su juego y le hizo cosquillas en cuello con su nariz, "basta ahorita vamos a ir a una misión", Rengoku iría a tren pronto y el partiría a otro lado "vas a necesitar energía" el otro le dio un delicado y cálido beso en los labios, bajando sus defensas y derritiéndolo en el proceso.

"Tú eres lo único que necesito para recuperar nuestra energía" volvió su cara un lugar lleno de besos y caricias, y cuando menos pensó ya no estaban juntos y él se encontraba caminando por la aldea,

Un cuervo se posó en su hombro y le dio la más fatídica noticia en su vida.

"quiero volver a estar junto a ti" lo había visto ahí, junto con otros tres jóvenes que lloraban, pero esas fueran sus últimas palabras dedicadas a él, a su más grande amor.

Despertó de su sueño siendo un mar de lagrima, sensible llorando como una magdalena a las 6 de la mañana, cuando lo había nadie en su casa, y decidió ser consolado por sus dos amigos así que les escribió "¿será bueno escribirle?"

"hazlo" y "tienes que hacerlo" fueron don respuestas que necesitaba de apoyo para escribirle, después de pensar dos horas que decir lo decidió.

"Hola, soy Giyuu quien atrapo tu pelota..."

"Me diste tu número recuerdas?"

Recibió una respuesta casi de inmediata:

"si te recuerdo, el chico de la pelota no"

"hola, quieres salir después?"

Y lo demás es una simple historia del amor más dulce que pudo haber tenido en toda su vida

PUBLICADO:  1 DE ENERO 2024

LA PELOTA [RENGIYUU] [Two-shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora