Entre dos mundos ✮⋆˙

- Vistazo informal -

Después de días intensos de planificación para el intercambio cultural, Andrés recibió una invitación inesperada. Un asistente de Putin se presentó en su oficina con una invitación formal para una reunión informal con el presidente ruso.

Sorprendido y algo nervioso por la invitación, Andrés aceptó sin dudarlo. Esa misma tarde, se encontró en un salón privado del Kremlin, donde fue recibido por Putin en persona.

—"Andrés, me alegra que hayas aceptado mi invitación", dijo Putin con un gesto amistoso, ofreciéndole una silla.

Andrés, sintiéndose un tanto abrumado por la situación, asintió con gratitud. —"¡Gracias por invitarme, señor presidente! Es un honor para mí estar aquí", respondió con un tono algo nervioso.

Putin, notando la tensión de Andrés, decidió romper el hielo. —"Te invité aquí para discutir temas más relajados, sin el peso de la formalidad. ¿Qué te parece un trago?", propuso, señalando una selección de licores sobre la mesa.

Andrés, sorprendido por la sugerencia pero decidido a mostrarse receptivo, aceptó. —"¡Claro, estaría bien!", respondió con una sonrisa nerviosa.

Putin sirvió dos copas y ambos hombres brindaron por el éxito del intercambio cultural entre sus países. Con cada sorbo, la atmósfera se relajaba y la conversación fluía más naturalmente.

Andrés, más relajado gracias al ambiente informal, se encontró hablando con Putin sobre temas menos formales. Compartieron anécdotas sobre sus respectivos países, desde tradiciones culturales hasta experiencias personales.

—"En México, tenemos una gran diversidad de festividades y tradiciones", mencionó Andrés, hablando con entusiasmo. "Nuestra cultura es muy rica y variada."

Putin escuchaba con interés, mostrando una faceta más curiosa y relajada de lo habitual. —"Es fascinante cómo la cultura puede unir a las personas", reflexionó. "A pesar de nuestras diferencias, hay algo universal en la apreciación por la herencia cultural."

La conversación se extendió, y Andrés se sorprendió al descubrir la pasión y el conocimiento de Putin sobre diversos aspectos de la cultura mexicana. La charla informal reveló una conexión más profunda entre ambos, más allá de sus roles oficiales.

A medida que la noche avanzaba, Andrés se dio cuenta de que esa reunión informal era un puente entre dos mundos aparentemente opuestos, permitiendo que él y Putin se acercaran de una manera que nunca hubieran imaginado.

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Mientras Andrés continuaba con su colaboración con Putin en el marco del intercambio cultural, comenzó a notar un cambio sutil en sus sentimientos hacia el presidente ruso. A medida que compartían más momentos informales y conversaciones cercanas, Andrés empezó a sentir una conexión más profunda, una atracción emocional que no había previsto.

Sin embargo, esta revelación lo tomó por sorpresa, y Andrés se esforzó por ignorar estos sentimientos incipientes. Intentó racionalizar su situación, atribuyendo la conexión a la camaradería y al trabajo en equipo.

—"Es solo aprecio por su enfoque comprometido con nuestro proyecto conjunto", se decía a sí mismo, tratando de negar la posibilidad de sentimientos más profundos.

Sin embargo, mientras más tiempo pasaba, más difícil se volvía para Andrés ocultar la realidad. Se encontraba a sí mismo pensando en Putin más allá de lo profesional, preguntándose sobre sus intereses, su vida personal y sus opiniones sobre diversos temas.

—"Es solo curiosidad profesional", se repetía, pero en lo profundo sabía que había algo más. Su corazón latía de manera distinta cuando estaba cerca de Putin, y sus conversaciones resonaban en su mente incluso después de que terminaban.