Entre el odio y el amor hay un paso, la molesta frase popular con la que las parejas que van y vienen excusan sus acciones, Johnny detestaba cada vez que uno de sus amigos la utilizaba. Lo que ninguno de ellos mencionó, es que ambos sentimientos tie...
Nota de escritor:FELIZ AÑO NUEVO, felices fiestas y vamos 2024.
Puede ser que me haya tardado, principalmente porque uno de mis mejores amigos vino de sorpresa a mi ciudad y nos estuvimos juntando bastante. Mi año comenzó muy felizmente, espero que el suyo igual.
Este es el fanfic rehecho, ya que no me estaba gustando mucho el anterior, sentía que era muy vago comparado a como a mí realmente me gusta escribir. Estoy pensando en esforzarme más y hacerlo como me agrada personalmente hablando, de esa forma no lo voy a procrastinar tanto. Eso sí, quizás se sienta más lento porque quiero enfatizar más en los sentimientos de Johnny
Espero que les guste <3
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Luego de un largo día de plena discusión sobre los sus supuestos "gustos anticuados", según su mejor amigo, Johnny se encontraba sentado en una banca de madera desgastada frente al viejo local de música, al cual solía acudir muy a menudo, esperando a que Bobby decida salir finalmente. Se le hacía un tanto irritante el hecho de no poder entrar junto a él, sin saber la razón del porqué, ya que el de cabello más largo había optado por hacerse el misterioso ante la duda ajena diciendo que había entrado a buscar una sorpresa.
El rubio de tonalidades doradas dejó salir un suspiro, agitando su pierna con una pequeña ansiedad que crecía al ver la enorme cantidad de gente que pasaba de una esquina de la acera a la otra, grupos de chicas adolescentes gritando emocionadas por la cercanía del festejo de la fiesta de disfraces por el día de los muertos, mientras que los chicos intentaban lucirse ante ellas con tal de conquistarlas con piropos indecentes. Eso lo hizo chasquear la lengua con una pequeña molestia creciente, nunca había entendido por completo su rechazo ante aquellos descarados hombres que coqueteaban a las mujeres en la calle sin miedo a que estas actúen con recelo. Algunas personas eran simplemente descaradas.
Logró a tiempo escuchar los pasos apresurados de un niño, quién casi choca contra él al huir de los brazos de su padre, con el que jugaba a ser perseguido por el medio de la calle.
— Lo lamento, hijo —se disculpó el hombre con vergüenza, una vez logró atrapar al menor con una velocidad que sacó de la nada, al notar como este casi tira el objeto que el adolescente tenía en sus manos.
Lawrence simplemente asintió, sin saber que decir en aquel momento. Siempre terminaba sin palabras cuando los adultos se atrevían a llamarlo "hijo", que a pesar de saber que no era con malas intenciones, no podía evitar sentirse un tanto incómodo ante la osadía de los hombres mayores.
— Un walkman —mencionó el desconocido, mientras intentaba equilibrarse con el pequeño que se le colgaba de los hombros mientras reía— Diablos, no veía uno de esos hace décadas atrás.
