"Me dejarías guiarte incluso cuando estés ciego?
¿En la oscuridad, en medio de la noche?
En el silencio, cuando no haya nadie a tu lado
¿me llamarías en nombre del amor?
¿Confiarías en mí cuando saltes desde las alturas?
¿Te enamorarías del amor...
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Los temblores se escuchan afuera, tu mente estaba alterada mientras Atreus parecía calmar sus nervios jugando con un juguete de madera que le había dado su madre. No podías comprender porque Atreus se ponía a jugar, tu mantenías en tu mano la espada que Faye te regalo, la cual ya parecía cubierta por una suave capa de hielo, tus habilidades o poderes que ya no sabes cómo referirte a ellos parecen inquietos . Tu mirada fue fugaz mirando a Atreus asegurando que esté bien aún te parecía Tonto que el estuviera jugando en esta situación tan inquieta.
Hasta que tu mente recordó. Los dos aun son niños, tan solo tienen once años y es normal que Atreus siga pensando en jugar para calmar sus nervios, pero tu no pensabas de esa manera, el maltrato que sufriste por manos de tu madre biológica y del soldado que trabajaba para Odín el cual se hacía llamar tu "padre" habían matado un poco tu inocencia y niñez, por lo cual ya sabías lo que él mundo podía ser y lo cruel que es la vida.
Odiabas ser una niña y no tenes mente de niño, pero ya no pensarías en eso, tienes que proteger a Atreus mientras kratos se encarga en la superficie. Pero los escalofríos recorren tu espalda y una sensación familiar está presente, no importaba que fuera lo que estaba afuera pero sentías que lo conocías.
Se escuchaban los ruidos de madera crujir, al igual que gemidos de dolor y gruñidos de disgusto. Sabías que estaban peleando, te estabas desesperando un poco y Atreus se encontraba ahora asustado, el lugar se estaba cerrando y te sentías asfixiada oficialmente no querías estar ahí abajo ya que Te recuerda a cuando te encerraban como una forma de castigo.
Comenzaste a saltar tocando con la punta de tus dedos la madera, en estos momentos estabas maldiciendo tu altura. Pero tus manos están muy frías como si las hubieras dejado en hielo por horas, tomaste tu espada y la agarraste de la hoja sintiendo como tus dedos y palma son heridas con una línea que lástima tu carne, unas pequeñas gotas impactan en el suelo mientras Atreus te mira con preocupación.
-que estás haciendo?- Murmuró Atreus mientras sus ojos azules te inspeccionan, pero tu no contestaste inmediatamente ya que te encontrabas soltando un suspiro de alivio al ver qué la luz entra y aún que sea muy poca no importó, te sentías un poco más tranquila.
Miraste tu mano la cual estaba lástimada con unas respiraciones profundas junto con un poco de meditación y tu herida sana al instante, aun no sabías tus orígenes pero kratos también podía sanar por si solo entonces suponías que es algo normal.
-estoy bien Atreus... todo está bien, yo voy a protegerte- dijiste con seguridad tratando de que Atreus encuentre paz en tus palabras, lo abrazaste suavemente acunandolo en tus brazos mientras sentías que todo afuera se calmaba un poco.
Se escucharon pasos y te pusiste alerta hasta que kratos abrió la compuerta dejando entrar mejor la luz, se veía cansado no solo físicamente si no también mental.
