HIT

EPISODIO 3

UN COMIENZO DE CLASE

Cuando mi padre ya nos dejó  a los dos en el Instituto, que parecía lo más guardo que pensaba, la mitad del patio lleno de basura, aparcamientos quemados, gente fumando, gente comiéndose los morros, bueno, bueno, mejor avanzó.
Ya sonó la sirena y son las 8:30, y las clases empiezan a las 9 .
Hasta que alguien me llama por detrás, la directora.

- Oye perdona, tu debes ser Judith Rodríguez González no? - me pregunta a la directora mirando al papel que tenía en las manos.
- si, y tu debes ser la directora por las pintas que me llevas - le miraba de abajo para arriba
- parece que nos hemos despertado con el pie izquierdo eh- contesta la directora- sígueme que tienes unas clases especiales por ahora.
Puse cara de desesperación y seguí a la directora
- oye perdona, pero no me dijistes como te llamas - le decía mientras la seguía
- me llamó Estrella - continuaba la directora

Y me quedé extraña, ibamos a la dirección del gimnasio.

- Bueno Judith, aquí son tus primeras clases en las 3 primeras horas y la última hora - me explicaba la directora
- pero para que coño voy a dar clases en un gimnasio - contesto confundida
- son unas clases especiales para adolescentes "enfermos "- contestaba
- de que vas? Yo no estoy enferma -
La verdad que no estoy enferma ¿o si?

- Gus y Mia - hablaba un hombre que iba detrás de ellos
- Ya la han liado estos don chicos - decía la directora alterada

Yo sin entender una mierda me quedé sentada en un banco, hasta que aparece un chaval, con capucha, y iba vestido de negro, no le dije nada, ni tampoco le di importancia

- nueva alumna? - me preguntaba el chico de la capucha
- no, si te parece, nueva extraterrestre, no te jode - le conteste
Soy muy sincera, todas las mañanas soy demasiado borde como para contestar a esas preguntas

- Bienvenido al Instituto de mierda, extraterrestre - me contestó

-y se toma el papel enserio - susurré.

Cuando por fin viene el profesor, los dos chicos que han salido corriendo y la directora, ya era hora de entrar.
Al entrar al gimnasio, estaba todo preparado, las sillas puestas, las pizarra, y lo que más me faltaba era una caja para dejar el móvil. Entramos los 4 , y dejamos el teléfono en la caja, y nos quedamos esperando hasta que vinieran otras 6 personas más.
Empezamos con ánimos de este estúpido día.