One Piece - Credo de Sombreros de Paja

Capítulo 3: Ciudad Conchas - Parte 3

Luffy llegó a la base. "Eso es raro, no hay marines alrededor", pensó.

Eso en sí mismo era sospechoso, no podía escuchar ninguna marcha, gritos de órdenes o prácticas de combate; no había nada. Era como si acabaran de abandonar su base, una base marina sin marines era extremadamente improbable.

Coby llegó dos minutos después que Luffy. "Luffy... tú... no puedes... simplemente... correr... hasta... una base marina", dijo entre respiraciones.

Luffy lo ignoró; ya había escalado la pared y miró hacia la base.

"¿Estas escuchando?" Coby gritó enojado.

"Oye Coby, ¿quién es ese?" Preguntó Luffy, ignorando su comentario anterior.

Coby suspiró y trepó a la pared. Miró hacia el patio de la base y lo que vio hizo que se le helara la sangre y el cuerpo se pusiera rígido de miedo.

Allí en el patio había un hombre atado a un poste. Llevaba pantalones verde oscuro, una camisa blanca, una faja verde claro en la cintura y un pañuelo verde oscuro.

"E...E...ese es Roronoa Zoro, el cazador de piratas." La voz de CobysCoby estaba llena de miedo.

"Zoro, ¿es fuerte?" preguntó Luffy en tono neutral.

"¿Fuerte? Es un monstruo, dicen que es un demonio en forma humana, y si lo miras a los ojos enviará tu alma directo al infierno", dijo Coby aterrorizado.

Zoro miró a los intrusos. "Hola ustedes dos." Él los miró fijamente.;

Coby comenzó a temblar pero Luffy no se vio afectado por la mirada.

"Eres una monstruosidad, piérdete", dijo Zoro.

Coby temblaba de miedo y estaba a punto de llorar. "Hola Luffy, salgamos de aquí mientras podamos", sugirió Coby.

De repente apareció una escalera al lado de Coby y una niña pequeña subió. Ignorando a Luffy y Coby, comprobó si no había moros en la costa antes de caer al patio y correr hacia Zoro.

"Oh, no", Coby entró en pánico, "¡la matarán, Luffy sálvala rápido!"

Suplicó, pero Luffy estaba mucho más interesado en lo que estaba sucediendo en el patio.

La niña estaba ahora frente a Zoro, con un pequeño bulto desenvuelto en sus manos. En el interior había tres bolas de arroz injuriadas.

"Pensé que tendrías hambre, así que te preparé unas bolas de arroz", dijo felizmente, mostrándolas con orgullo.

Zoro lo fulminó con la mirada. "Vete, no necesito tu ayuda. Si no te vas, te mataré". Amenazó, pero no había odio en su voz.

"Ahora, Zoro no necesita ser grosero. Después de todo, ella es sólo una niña pequeña". dijo una voz que venía del otro lado del patio.

Un hombre con cabello rubio vestido con un traje y zapatos caros, había caminado directamente hacia Zoro y la chica, seguido por dos guardaespaldas marinos que lo desconcertaban. Había caminado hasta Zoro y la chica.

"¡Helmeppo!" Gritó sorprendida la niña, temblaba de miedo al verlo.

Zoro lo fulminó con la mirada y dijo: "Tú". A diferencia de cuando amenazaba a la chica, esta vez su voz estaba llena de odio y malicia.

"Hmm, ¿qué tenemos aquí? ¿Estás ayudando a esta niña criminal?" -preguntó Helmepo.

"¡Oi! bastardo, déjala en paz, solo le dije que se fuera a la mierda", dijo Zoro.

"Ah, pero ella trajo un bocadillo". Helmeppo agarró una de las bolas de arroz. "Sería de mala educación no intentar al menos uno, ¿no estás de acuerdo?"