untitled#3

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Con el paso de los días, Isabella, Ratau y sus seguidores encontraron una sensación de rutina dentro del santuario. Ratau, con su sabiduría, siguió reuniendo más seguidores, ampliando el culto que se dedicaba a las enseñanzas de Narinder. Mientras tanto, Isabella se había esforzado en fabricar herramientas para los aspectos prácticos de la vida, incluida una sartén para preparar la comida.

Ahora, al cuarto día, una sensación de anticipación flotaba en el aire. Isabella, habiéndose asentado en su papel de líder de la secta, sintió el llamado de embarcarse en su primer viaje, un viaje que la llevaría más allá del santuario y hacia lo desconocido.Los seguidores, vestidos con túnicas rojas adornadas con símbolos blancos, miraban a Isabella con una mezcla de curiosidad y reverencia. Ratau, la vieja rata, se acercó a ella con mirada cómplice.

"Isabella, tu viaje es una parte esencial de nuestro crecimiento. Es hora de explorar el mundo más allá de nuestro santuario, difundir las enseñanzas de Narinder y reunir más almas que buscan la iluminación", aconsejó Ratau, su voz cargaba el peso de la experiencia. Isabella asintió, con su espada coronada a su lado. "Lo entiendo. Saldré y llevaré el mensaje de Narinder a aquellos que lo busquen".Con un propósito, Isabella se preparó para su viaje. Los seguidores se reunieron alrededor, con los ojos llenos de anticipación. Ratau, ofreciendo un gesto de apoyo, susurró palabras de orientación y aliento.

Cuando Isabella salió del santuario hacia el campo abierto, un sentimiento de emoción y responsabilidad la invadió. El viaje que les esperaba contenía la promesa de nuevos descubrimientos, desafíos y el potencial de difundir las enseñanzas de Narinder a los necesitados.El sol colgaba bajo en el cielo, proyectando largas sombras sobre el paisaje mientras Isabella se aventuraba más allá de los límites familiares del santuario. El culto, ahora confiado al cuidado de Ratau, observó cómo su líder se embarcaba en un viaje que daría forma al destino del incipiente culto y las enigmáticas fuerzas que guiaron su camino.

Isabella, habiendo entrado en el gran arco de piedras, sintió el frío opresivo que emanaba de los colosales muros. La transición de la calidez del santuario al escalofriante abrazo del arco marcó el comienzo de un misterioso viaje hacia lo desconocido.Con cada paso, Isabella se adentraba más en la oscuridad, la ausencia de luz hacía que los alrededores fueran casi indistinguibles. Era como si hubiera cerrado los ojos y hubiera entrado en un reino donde la vista ofrecía poca orientación.

A medida que pasaban los minutos, los sentidos de Isabella se intensificaron y sus ojos se acostumbraron gradualmente al oscuro entorno. Débiles sombras de luz comenzaron a bailar en la periferia de su visión, insinuando la existencia de un vasto espacio más allá del arco. El aire frío se aferraba a ella, trayendo consigo una sensación de antiguos secretos y misterios incalculables.

Continuando su viaje, Isabella finalmente llegó a una puerta antigua y colosal. Su inmenso tamaño se alzaba ante ella y, a través de las pequeñas grietas, diminutas estrellas de luz brillaban al otro lado. La puerta, desgastada por el tiempo y marcada por el peso de siglos incalculables, parecía proteger la entrada a un reino que existía más allá de la comprensión de las mentes mortales.

Isabella, con su espada coronada en mano, vaciló un momento ante la imponente puerta. El aire vibraba con una energía sobrenatural y las estrellas de luz la llamaban como faros distantes, invitándola a cruzar el umbral hacia la oscuridad que se extendía más allá. Con una respiración profunda, Isabella se armó de valor para el viaje que le esperaba y abrió la antigua puerta, lista para descubrir los misterios que aguardaban al otro lado.


Isabella, decidida a descubrir los secretos más allá de la colosal puerta, colocó sus dos manos sobre su desgastada superficie. Intentar abrirla suavemente resultó inútil, y la antigua puerta resistió cualquier intento de manipulación delicada. Sin otra opción, Isabella se preparó y forzó la puerta para abrirla con cada vez más fuerza, provocando que crujiera y gemiera en señal de protesta.

Cult Of The Lamb- The Lamb's PastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora