O'lord! I Have My Doubts

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Habían pasado dos días desde la intensa batalla, e Isabella, ahora concentrada en encontrar la salida, deambulaba por los senderos laberínticos del antiguo templo. Cargado de recursos (madera, rocas, oro y frutas), la determinación del cordero de abandonar este lugar se intensificó.En medio del eco de sus pasos, una voz misteriosa atravesó el silencio.

???: "¿Estás buscando la salida?"

Isabella, alerta y blandiendo su espada corona, respondió con cautela: "¿Quién dijo eso?"???: "Solo sigue mi voz y no te haré daño".

Isabella, impulsada por una mezcla de precaución y curiosidad, decidió seguir la voz incorpórea. Con espada en mano, avanzó por los pasillos en sombras, mientras el guía desconocido la guiaba hacia la elusiva salida.Mientras Isabella se aventuraba más, una sombra colosal apareció delante. La voz parecía emanar de esta enigmática figura. Cuando finalmente giró, la forma se reveló: un peculiar pato negro con una túnica rojo sangre.Isabella, momentáneamente desconcertada por la visión inesperada, se estabilizó. El extraño pato, con sus rasgos bañados en un brillo espeluznante, habló de nuevo: "No quiero hacerte daño, viajera.

"¿Qué vas a?" Preguntó Isabella, con la mirada fija en el peculiar pato negro adornado con una túnica rojo sangre.
"Soy Clauneck, el gran pato. Puedo ver y predecir tu futuro con solo una carta que tomes, Isabella", respondió el enigmático ser.Sorprendida, Isabella preguntó: "¿Sabes mi nombre?"

"Por supuesto, sé de ti, querida viajera. Conozco todo tu pasado, presente y futuro. Pero antes de que preguntes más sobre mí, te pido que tomes una tarjeta", respondió Clauneck.Sin palabras, Isabella obedeció y tomó una tarjeta del ser colosal."Está bien, cordero, ¿estás lista?" —Preguntó Clauneck."Siempre estoy lista", respondió Isabella.

Las cartas se dispersaron, dejando tres sobre la mesa. "Elige uno, Isabella", exclamó Clauneck.Isabella seleccionó la carta del medio, revelando una imagen de ella misma encima de un gran ser sin vida, con su espada clavada en el pecho del monstruo.

"Veo que has ganado esa batalla, ¿no?" comentó Clauneck."¿Cómo lo sabes?" Isabel cuestionó."Vencerás a ese monstruo en muy poco tiempo", declaró Clauneck. "Pero ni siquiera yo, que veo el futuro, puedo determinar cuándo exactamente. Sólo puedo ayudarte revelando la siguiente puerta detrás de mí para que puedas continuar tu viaje".

Mientras la gratitud la llenaba, Isabella se levantó y se arrodilló ante Clauneck en un gesto de respeto. "Gracias por ayudar a esta pobre diosa".Clauneck, en respuesta, le advirtió sobre los arbustos hostiles y le ofreció una sonrisa mientras Isabella avanzaba hacia la puerta que esperaba detrás de él. El misterioso encuentro con Clauneck dejó a Isabella con nuevas ideas y una dirección para su viaje, cuyo siguiente capítulo la llamaba más allá del umbral del antiguo templo.






Isabella, caminando con confianza hacia lo desconocido, se detuvo de repente. Una extraña quietud se apoderó de ella y los latidos rítmicos de su corazón resonaron con fuerza en sus oídos, como un bombo.

Desde el cielo, se materializó un sonido estrondoso y un poderoso rayo cayó, proyectando una gran silueta en el suelo. La forma parecía un arbusto, adornado con una importante armadura de cuero que cubría los hombros pero dejaba el estómago expuesto. De espaldas, el ser parecido a un arbusto giró lentamente la cabeza, reconociendo la presencia de Isabella.

"Eres tú, ¿no?" El enorme ser habló, su voz resonando como el estruendo de un trueno. "Has regresado de entre los muertos... Pocos pueden soportar eso, pero sin magia", exclamó.El colosal ser luego se dio la vuelta, revelando un rostro envuelto en vendas manchadas de sangre vieja. Enormes cuernos de madera sobresalían de su tupida cabeza, dándole una apariencia imponente y de otro mundo.

Cult Of The Lamb- The Lamb's PastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora