Capitulo 4

325 58 4
                                    

En el poco tiempo que se había encontrado habitando ese mítico lugar, Nerea, ya había aprendido lo necesario y suficiente para su corta edad. Las exhaustivas horas que se la pasaba estudiando o entrenando con Zephyr no eran suficientes según el criterio de él.

Él quería que la reencarnación de su señor Poseidón se encontrará lo mejor preparada posible; puesto a qué además de carecer la ausencia de los guardianes que debían proteger los pilares que sostenían los 7 océanos del mundo; las repentinas apariciones de los espectros de Hades no sólo ponían a Zephyr tensó sinó también a todos los habitantes del santuario de Athena.

Éstos últimos porque carecían de la ausencia de su diosa por lo cual no tenían protección al contrario de la Atlántida y los lugares que gobernaba que se encontraban bajo la protección de la reencarnación de Poseidón.

— Ésto es aburrido...

Soltó un resoplido hechando su cabeza hacia atrás; llevaba horas ahí sentada estudiando.
Se estaba comenzando a quedar dormida, y Zephyr no se encontraba para distraerla pues había partido hacía un lugar llamado Bluegrad.

Una místico lugar gobernado por el frío infernal del norte.

No conocía mucho acerca de ese lugar a pesar de que lo gobernaba junto con otra tierra llamada Asgard; que era gobernaba por el dios Odín pero eso no descartaba que se encontraba bajo las influencias de Poseidón desde tiempos remotos.

— Tal vez si lo voy a buscar... —divago
poniéndose de pié y cerrando el libro que se encontraba sobre su escritorio.

Tomó con delicadeza al libro para colocarlo de nuevo en el estante el cual era perteneciente, y sin más salió de la inmensa biblioteca del templo.
Sus pasos resonaban por todos los rincones del templo de Poseidón demostrando lo solitario que se encontraba.

Nerea y Zephyr eran los únicos habitantes de la Atlántida por el momento.

Nadie más a excepción de las pequeñas criaturas marinas los acompañaban en esa inmensa soledad.

Justo cuando Nerea se encontraba bajando los últimos escalones del templo se dió cuenta de que no sabía donde quedaba, Bluegrad.

En primer lugar ¿Cómo saldría de allí...?

En ese instante una idea vino a la mente de la chica de cabellos blancos,
no sabía si funcionaría con exactitud pero no perdía nada con internarlo.

Sino mal lo recordaba en ese anime japonés que le gustaba ver cuando era una niña. Un personaje se podría teletransportar de un lado a otro solo ubicando el "ki" de los demás.

Nerea puso dos dedos sobre su frente intentado hacer esa famosa técnica; hizo una mueca apretando la quijada intentando concentrarse, ¡Lo cuál logro con éxito!

Sus orbes enjoyadas recorrieron todo el lugar pero se dió cuenta que ese lugar no se parecía en nada a lo que Zephyr le describía.

— ¿E-esas son las 12 casas del zodiaco? —interrogó con nerviosismo y temor, para si misma.

Su cuerpo no dejaba de temblar de miedo e impotencia.

Había acabado accidentalmente en el santuario de Athena; y su presencia no iba hacer bien recibida en ese lugar.

𝐍𝐄𝐑𝐄𝐀; Saint Seiya The Lost CanvasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora