𝐍𝐄𝐑𝐄𝐀; Saint Seiya The Lost Canvas

Capitulo 1

Cuando abrió los ojos un sentimiento repentino se apoderó de su ser.

Miedo.

No sabía donde estaba o que lugar era ese, solo eran ella y la soledad de ese lugar. Desconocía las razones del porque estaba ahí, hace unos minutos estaba en su habitación tomando una siesta y ahora estaba allí.

Se reincorporo del suelo sacudiendo sus ropajes; recorriendo todo el lugar con su enjoyada mirada, dándose cuenta que estaba en una especie de templo o lugar con arquitectura muy antigua.

No había visto nada igual salvó en los libros de historia, cuando te adentrabas en las antiguas civilizaciones. Ahí comprendió que se trataba de arquitectura griega.

Camino sin ningún rumbo aparente observando y curioseando por todos los rincones de aquél, desolado templo.

Hasta que llegó en un lugar en específico una gran sala en donde al centro de está se encontraba una fina vasija de porcelana con un talismán que tenía gravado letras griegas "Αθήνα".

Su curiosidad la llevó a tomar aquella vasija en sus manos acariciándole con delicadeza, esa cosa estaba más pulida que los espejos de su habitación, pudiendo apreciar su reflejo en el.

Las escurridizas manos de la joven la llevaron hasta la tapa de la vasija abriéndola y arrancando el talismán que poseía, asomó su ojo para ver el interior del objetó dándose cuenta de que se encontraba vacía.

— Qué lío —murmuro para ella sóla.

Pero en ese momento una inmensa luz salió de la vasija dejándola aturdida ante el fuerte resplandor, llevando ambas manos a cubrirse los ojos y dejando caer la vasija en el suelo la cuál que se rompió en mil pedazos.

Vaya error.

La fuerte luz dorada la rodeó tomando posesión de su cuerpo, sintiendo como tomaba el control de su cuerpo.

— ¿Qué me está pasando? —dijo asustada al ver como su cuerpo brillaba con una inmensa energía que ni ella misma podía explicar.

Era como si alguien estuviera queriendo tomar posesión de su cuerpo.

Pero ella resistió hasta que cayó de rodillas ante la inmensa fuerza de ese poder. Hasta que cayó rendida en el frío suelo del lugar.

Sus párpados comenzaron a cerrarse por el cansancio llevándola a sucumbir en un pesado sueño.