Cap 20

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El pequeño cachorro, ahora conocido como King, eleva su cabeza y, para sorpresa de todos, habla con una voz suave pero resonante.

King: Amelia, he estado buscándote. ¿Cómo te sientes?

Amelia, aún en estado de shock, responde con sinceridad.

Amelia: Confundida, pero al menos ahora estoy en control.

King, mirando a su alrededor: Me alegra haber llegado a tiempo. ¿Cómo está Amity?

Amelia, con un destello de tristeza en sus ojos: Nuestras conciencias están fusionadas por un mismo objetivo. Cuando todo esto termine, podré descansar en paz, y Amity también.

King asiente con comprensión, consciente de la conexión especial que existe entre Amelia y Amity. La conversación abre un nuevo capítulo en la trama, revelando la complejidad de las relaciones y la carga que lleva Amelia en su lucha contra la oscuridad.

Willow, intrigada: ¿Cómo es que tus conciencias están fusionadas?

Amelia, mirando al horizonte con determinación: En algún momento de mi búsqueda de redención, nuestros destinos se entrelazaron. Ahora, luchamos juntas por un propósito común.

Mientras tanto, en un rincón distante del reino, Lucía, afligida por las decisiones pasadas, ha estado inmersa en la búsqueda de conocimientos mágicos que puedan ayudar a deshacer el mal causado. En su aislamiento, ha encontrado a un anciano hechicero conocido por su sabiduría en el arte de romper maldiciones.

Anciano hechicero, con voz grave: La redención es un camino difícil, Lucía. Debes enfrentar las consecuencias de tus acciones y buscar la luz en la oscuridad.

Lucía, con determinación: Estoy dispuesta a hacer lo que sea necesario para enmendar mis errores.

El anciano hechicero la guía a través de rituales y conocimientos arcanos, desentrañando los hilos mágicos que atan el destino de Lucía con el de Amelia y Amity. A medida que aprende más sobre el mal que ha sido liberado, Lucía se enfrenta a la realidad de la lucha que se avecina.

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Con la transformación y la intensidad de la situación, Amelia se da cuenta de que su ropa ha quedado hecha jirones. Sonrojada y consciente de su desnudez, se vuelve hacia Hunter, quien, aunque herido, tiene algunas prendas de repuesto.

Amelia, con timidez: Hunter, ¿podrías prestarme algo de ropa? La transformación dejó la mía en un estado bastante... precario.

Hunter, con una sonrisa amigable: Por supuesto, Amelia. Tengo algunas prendas en mi mochila. Siente que te vendrán bien.

Mientras Hunter busca en su mochila, Karen y Rox dan un paso atrás para darles privacidad, respetando la situación delicada.

Amelia, agradecida: Gracias, Hunter. Lamento todo este caos.

Hunter, entregándole algunas prendas: No te preocupes, Amelia. Todos hemos pasado por momentos difíciles. Estamos aquí para ayudarnos mutuamente.

Amelia se viste con las prendas prestadas, sintiendo una mezcla de agradecimiento y vergüenza. La situación, aunque incómoda, se convierte en un recordatorio de la conexión y el apoyo entre amigos, incluso en medio de las adversidades.

Con la ropa de Hunter, Amelia se une nuevamente al grupo.

El grupo se prepara para despedirse mientras Willow, Rox, Hunter y Karen se disponen a regresar al reino en la pequeña minivan. Antes de partir, Karen se acerca a Amelia con una expresión determinada.

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