Metamorfosis

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Nie alles wat jy sien is werklikheid nie, die werklikheid is veel meer as wat jy dink -Cambray Johan

En un lugar oscuro y sombrío, muy alejado del reino que Amelia y sus amigos han salvado, se encuentra la Corte de la Maldad. En este lugar, los villanos de todos los rincones del mundo son juzgados por sus fracasos y acciones. La corte es presidida por el Rey Abasi , un ser de pura malevolencia cuya crueldad no tiene límites.

En el centro de la sala, encadenado y humillado, se encuentra Belos. La sala está repleta de seres malvados, todos observando con una mezcla de desprecio y morbo. El Rey Abasi, sentado en su trono de espinas y sombras, mira fijamente a Belos.

Abasi:  Belos, te presentas ante esta corte con una vergüenza que no tiene parangón. Has fallado en tu misión de conquistar el reino y has permitido que esos... Mediocres triunfen sobre ti.

Belos, con la cabeza gacha: Majestad, hice todo lo posible. Utilicé todo mi poder, pero fueron más fuertes de lo que anticipé.

Abasi se levanta, su presencia imponente haciendo que todos en la sala retrocedan ligeramente.

Abasi: Tus excusas no tienen valor aquí. Has fallado y, por eso, pagarás el precio.

Belos se estremece, consciente de que no hay piedad en esta corte. Pero antes de que Abasi dicte su sentencia, se detiene y mira al vacío, como si estuviera percibiendo algo que los demás no pueden ver.

Abasi: ¿Lo sientes, Belos? Hay una presencia que observa todo, una divinidad que maneja los hilos de nuestra existencia. -ruge enfadado Mirando al cielo- Sí, tú. Eres quien controla estos eventos, quien dicta nuestros destinos. Piensas que puedes jugar con nosotros, movernos como piezas en tu juego.

La sala queda en silencio absoluto, los espectadores desconcertados por las palabras del Rey.

Abasi: Pero recuerda, divinidad, incluso tú no puedes enfrentar las consecuencias de tus acciones. No olvides que el mal siempre encontrará una forma de resurgir.

Volviendo su atención a Belos, Abasi levanta una mano, lista para pronunciar la sentencia final.

Abasi: Belos, por tu fracaso, serás desterrado a las profundidades del Abismo Eterno, donde tu existencia será una eternidad de sufrimiento.

Belos, desesperado: ¡No, por favor! ¡Dame otra oportunidad! ¡Puedo redimirme!

Pero el Rey Abasi no muestra compasión. Con un gesto, abre un portal oscuro y Belos es arrastrado hacia el Abismo Eterno, sus gritos de desesperación resonando mientras desaparece en la oscuridad.

Abasi: Que esto sirva como advertencia para todos. El fracaso no será tolerado. Y tú, divinidad que todo lo controla, no creas que estás exento de la mirada del mal.

Con esas palabras, el Rey Abasi se sienta nuevamente en su trono, la sala quedando en un silencio cargado de tensión. La Corte de la Maldad retoma su eterna vigilancia, mientras en otro lugar, Amelia y sus amigos continúan viviendo sus vidas, ajenos a la oscura amenaza que todavía acecha en las sombras del Mundo.