cap 21

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En el camino, Lucía decide hacer acto de presencia antes de que Amelia y King continúen su viaje. Emergiendo de las sombras, se cruza en el camino de Amelia con una sonrisa, pero la recepción de Amelia es fría y distante.

Amelia, con expresión seria: Lucía, ¿qué estás haciendo aquí?

Lucía, intentando mantener la calma: Solo quería unirme a ustedes. ¿Hay algún problema?

Amelia, manteniendo la distancia: No esperaba ver a nadie más en nuestro viaje. No sé si es una buena idea que te unas a nosotros.

Lucía, sintiéndose incomprendida: Amelia, entiendo que las cosas han sido complicadas, pero...

Amelia, cortándola: No necesito explicaciones. Sigamos nuestro camino.

King, notando la tensión, trata de aligerar el ambiente.

King: ¡Bueno, unamos fuerzas para enfrentar lo que viene! Vamos, chicas, ¡sigamos adelante juntos!

Amelia, decidida a mantener su distancia de Lucía, no acepta su presencia en el grupo. Mientras avanzan, Lucía, en un intento de acercarse, extiende la mano para tocar el brazo de Amelia. Sin embargo, algo extraordinario sucede: la cara de Amelia se deforma repentinamente, adoptando la apariencia feroz de una pantera de ojos rojos.

Lucía, retrocediendo sorprendida: ¿Qué... qué acaba de pasar?

Amelia, con la mirada de la pantera, advierte fríamente: No tienes permitido tocar lo que no te pertenece. Mi forma refleja la verdad que estás ignorando.

King, observando la situación, se siente atrapado en medio de la tensión creciente.

King: Chicas, por favor, no peleen. Podemos resolver esto de alguna manera.

Amelia, volviendo a su forma humana, mira a Lucía con intensidad.

Amelia: Debes entender, Lucía, que las heridas  no se borran fácilmente. Sigamos cada uno nuestro camino.

En medio de la tensión entre Amelia y Lucía, un lobo mediano aparece repentinamente y se abalanza directamente hacia Amelia. Lucía, preocupada, intenta intervenir, pero King la detiene explicándole la situación.

King: No te acerques, Lucía. Esa loba está en su ciclo reproductivo y ha visto a Amelia como un potencial macho para sus cachorros, pueden ser muy agresivos en esa época.

Lucía, desconcertada, observa mientras el lobo arrastra a una Amelia asustada hacia una cueva. La loba, con instintos, comienza a olfatear el cuerpo de Amelia, quien se encuentra temerosa por la inusual situación.

King, impidiendo que Lucía y él se acerquen: Es mejor que dejemos que la naturaleza siga su curso. Amelia estará bien, eso creo.

La loba, tras olfatear detenidamente, parece satisfecha y se acurruca junto a Amelia en la cueva. Lucía, aún confundida, observa la escena desde la distancia.

A pesar de los intentos de Amelia por liberarse, la loba no parece dispuesta a dejarla ir. Con determinación, se aferra a Amelia, ignorando sus intentos de zafarse. La escena se vuelve un enfrentamiento de voluntades entre la loba y Amelia.

Amelia, tratando de liberarse: ¡Deja de aferrarte! Necesito seguir mi camino.

La loba, persistente, se acurruca más fuerte alrededor de Amelia, protegiéndola como si fuera parte de su camada. La situación se vuelve cada vez más compleja, y King observa con preocupación desde la distancia.

King, intentando calmar la situación: Amelia, tal vez sea mejor que te quedes un momento. La loba solo quiere asegurarse de que estés a salvo.

Amelia, frustrada, mira a King y luego a la loba, comprendiendo la situación pero sintiéndose atrapada en un dilema. Mientras tanto, Lucía observa desde la periferia, intrigada por este giro inesperado de los acontecimientos.

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