TO BE SO LONELY | Jenlisa

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La familia de Lisa nunca fue muy expresiva, pero hablar de relaciones de pareja no era lo suyo, ignorar cuando las opciones ya no eran viables era lo suyo.

—Lisa te quedarás sola algún día. —Jisoo le dijo mientras estaban en la oficina de la revista. "Wang magazine".

—Sí, gracias yo también te quiero, Jisoo.

—Eso no fue un cumplido.

—Lo sé, y esto no es una "advertencia". Toma tu maldita boca y cierra si no quieres que te la cierre yo. —Respondió Lisa bruscamente.

Era un día de fotos, Lisa era fotógrafa en la revista más popular de Los Ángeles, en donde había todo tipo de fotografía. Desde famosos hasta personas que casi no tenían relevancia. Era una maestra de cámara. La revista la había contratado desde hace tiempo. Diciendo que era una de las mejores en cuanto a la precisión y la captura de una emoción.

Era conocida por ser muy amargada, por contar con la mayor parte de las modelos en contra de estar junto a ella debido a su manera tan dura y directa de trabajar. Muchas personas se quejaban de su buen trabajo.

Jisoo era su amiga desde que entraron ahí. La revista necesitaba una editora y una fotógrafa, ellas dos, ambas con un buen indicio de ser buenas en ello, fueron contratadas.

—¿Irás a ver a tu familia en estas vacaciones? — Jisoo cuestionó. Abrieron la puerta de la oficina de Lisa. Tendrían una sesión de modelos de 'k-pop' para promocionar una marca internacional.

—No lo sé. Ellos no querrán verme. —Lisa abrió la computadora para verificar sus horarios y otros papeles. Jisoo la miró decepcionada. Y también con curiosidad.

—¿No has tenido un descanso de todo todavía?

—¿Qué?

—¿Un descanso?

—¿Por qué?

—Eres alguien que está ocupada todo el tiempo, siendo así. No veo que estés emocionada por irte a casa nunca. —La chica pelinegra se sentó en la silla al frente de Lisa. Jugando con la grapadora que había sobre el escritorio.

—Estar en casa no me sirve si no hay algo que me haga sentir como estarlo.

—¿Por qué?

—Eres muy curiosa. Cállate.

—No me quites la duda, estoy tratando de saber lo importante. —Jisoo afirmó.

—No. Sólo estás siendo una chismosa. —Se sentó en la silla a seguir trabajando. La edición de algunas fotos era importante. Algunos de sus clientes eran difíciles de complacer. Y Jisoo trabajaba con ella para dejarlos parados bien en cada una de las entrevistas y encuentros que hacían con ellos.

—Deberías encontrar un nuevo hobbie. —Señaló Jisoo con una mueca.

—Mi verdadera pasión está en tomar fotos. No me hagas echarte de aquí. —Resongó la chica menor.

—No eres mi jefa.

—Tecnicamente. Soy tu superior. —Le retó.

Jisoo frunció el ceño, desvío la mirada a la puerta de la oficina, indecisa de lo que le diría a su compañera para responder a sus estúpidos comentarios.

Pero antes, el teléfono sonó.

—¿Kim Jisoo?

—Ella habla, ¿quién es?

—Soy Rosé. —Una voz suave sonó por el otro lado del teléfono. Jisoo sabía quién era con sólo el tono en qué se presentó. Sus mejillas se pusieron rojas. Sonrió y siguió hablando.