TO BE SO LONELY | Jenlisa

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El aire de afuera entraba en el auto de Jennie, al salir de la cafetería, Lisa y ella decidieron crear un plan para evitar la desheredada de Lisa, y el primer reporte importante de Jennie. (Al menos el primero con el que la señorita Thompson reconocía). Aunque no sabría si la enviarían a ella o a otra persona en su lugar. Sin confiar mucho. Jennie quería que el reporte fuera polémico. Por lo que sería más sencillo que ella fuera la 'pareja de Lisa', porque eso le daría relevancia a la familia Manobal, y al periódico.

En Los Ángeles eran más chismes de las personas que noticias buenas. Lisa sólo quería ser totalmente anónima, pero obviamente, siendo fotógrafa, quizá nunca lo lograría.

El plan era, que haciéndose pasar por una pareja, la señora Thompson podría conseguir algo interesante, los padres de Lisa podrían saber quién era la persona con quién salía su hija, y Lisa podía ser honesta y decir que sólo era una estrategia para evitar que las personas indagaran en su vida.

—A ver, entonces tienes que poner atención. —Lisa dijo mientras se acomodaba en el sillón del auto de Jennie. La chica pelinegra, veía por el vidrio del centro, moviendo el volante conforme la carretera. Conducían rumbo a su departamento, para ir a decidir el futuro de las dos. Lisa no entendía a qué podían llegar, lo único que sabía, era que estaba dispuesta a hacerle caso a Jennie.

—Tendrás que esperar. ¿Desde cuándo empezaste a hablar de tú?, no está siendo respetuosa, Señorita Manobal. —Jennie le cuestionó.

—¿En serio te estás quejando de que te llame por tu nombre? —Se quejó Lisa. Se cruzó de brazos, vió a la ventana donde las palmeras de los bulevares se movían con el aire, era un día soleado, por lo que, su brillo, era masivo.

—Sí. No soy tu... —«Novia» aunque en realidad no es nada de ella más que sólo una conocida. «Ella no sabe quién soy y yo no sé nada.» —Jennie pensó—. Hable correctamente conmigo.

—¿Mi qué? —Lisa le regresó la pregunta. Ladeó la cabeza esperando su respuesta más animadamente.

—Bueno... —Nerviosa. La chica de cabello castaño, miró al frente, evitando hablar con Lisa.

—Dilo. Además creo que rebasamos la línea del 'usted' cuando te traje al hospital. —Respondió la pelinegra. De un momento a otro, Jennie perdió el control del auto, por un segundo.

Un pequeño problema, no le agradaba lo que pasó ese día.

—¡Joder! ¡Jennie! ¡Puta! —Lisa gritaba idioteces mientras trataban de tomar el control de vuelta.

—¡Lo siento! ¡Perdón! —Jennie vociferó a cada auto que cruzaba por su lado.

—¡Ah! ¡Pensé que tenías licencia para conducir! —Lisa se sostuvo del cinturón, cerrando los ojos para no ver el desorden.

—Y la tengo.

—¡¿Entonces por qué conduces peor que con las patas?! —Lisa se cubrió la cara.

Jennie le miró ofendida, e hizo una mueca por la respuesta.

El auto casi se daba vuelta en medio del boulevard, pero Jennie puso moverlo para mantenerlo estable, la mayoría de las personas, evitaban cruzarse con él, porque casi entran a un carril del sentido contrario.

Estabilizando el auto, Jennie las pudo llevar a ambas a una calle para tomar un respiro de la locura. Lisa salió del auto, agachándose en el piso, poniendo las manos en él, buscando según ella "la tranquilidad".

—¡Por fin! ¡Tierra! —Mencionó Lisa exasperada.

—Exagerada.

—No lo entiendes, ¡casi morimos!