Había mucho sol, demasiado para ser honestos, había un calor tan insoportable que casi todos los campistas estaban nadando en el lago por ser un día libre para quienes aún no han empezado sus diferentes cursos.
Entre esos que estaban divirtiéndose en el lago se encontraba Nathan, quien simplemente estaba nadando sin rumbo alguno ya que no conocía a casi nadie de ahí, habían pasado dos días desde aquel incidente con su compañero de cabaña y este mismo no había dado ni una señal de vida en la cabaña desde entonces, bueno, al menos no en cuanto Nathan estuviera dentro de ella.
El pelinegro se encontraba en la cabaña de su amigo Claus que se encontraba unas cuantas cabañas a distancia de la suya mientras esté se fumaba un cigarrillo y lanzaba el humo hacia arriba, al pelinegro le disgustaba el olor a tabaco, pero a su amigo de piel canela parecía agradarle mucho. Suspiró pensando en si sería buena idea quedarse más tiempo con su amigo de cabellos rizados o ir a su cabaña a tomar un descanso de las actividades del curso de arte.
Amaba el arte, era su hobby favorito, pero no se veía un futuro profesional en ello.
El pelinegro volvió a suspirar mientras se levantaba de la tumbona que estaba al lado de la de su amigo que seguía fumando su cigarrillo.
—Debo irme. -dijo con un semblante serio, típico de él. Él chico de piel canela lo miro con una sonrisa mientras apagaba el cigarrillo en una cigarrera que estaba en la mesa que tenían frente a ellos.
—Bueno, fue bueno mientras duró. -sonrio el de cabello ondulado para levantarse y pasarle un brazo por los hombros al pelinegro que hizo una mueca de desagrado. —¿Pizza el lunes? -sonrio aún más grande el de piel canela mirando a su amigo que aún tenía con el brazo en los hombros.
—Prefiero costillas, la pizza la dejamos para el martes. -dijo el pelinegro tras soltarse del agarre de su amigo y empezando a caminar hacia la puerta saliendo por esta misma soltando un gran suspiro, hacía demasiado calor afuera.
Resopló a sus adentros mientras empezaba a andar hacia su cabaña que se encontraba un poco más retirada que las demás, mientras pateaba alguna rocas, iba pensando en que haría para poder evitar a cierto peliazul que lo ha hecho sobre pensar muchas cosas en los últimos dos días, ya que intentaba evitarlo a todo costa.
Suspiró nuevamente mientras miraba el camino hacia su cabaña, hacía mucho que no salía de esta por mas de dos horas y ahora resulta que debía estar encerrado con su amigo de piel canela y cabello rizado solo porque al pequeño idiota que tiene como compañero de cabaña se le antojo abrir el baño mientras el se desvestía.
“Okey, admito que no tiene toda la culpa, también fue mi error no poner seguro a la puerta”
Pensó mientras se paraba en frente de la puerta de su cabaña y abría esta misma, nuevamente suspirando por el horrendo sol que hacía ese día.
Entro a su cabaña y fue directamente a su sofá tumbandose en este y suspirando por sexta vez en una hora, últimamente ha estado haciendo eso mucho, no sabe si es por el cansancio o ya se está volviendo un mal hábito.
Un muy mal hábito.
Se acomodo en en sofá y se dispuso a tomar una siesta, su curso empezaría en la tarde noche, por lo que tenía varias horas libres para descansar. Se acomodo y trató de hundirse en un sueño profundo intentando relajarse de todo el enredo que había pasado en esos dos días en los que sus primos se habían marchado a Alemania.
Agradecía a todo lo que existiese porque solo les faltaba unos días para regresar, si no, estaria tratando de quemarse él solito en vida, o llorando porque Adam se quedó su tarjeta de crédito y débito para que no pueda huir.
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El campamento de los marginados (BL)
FanfictionHola, un gusto soy Nathan Miller y les contaré un poco sobre mi. Soy un chico de cuerpo delgado y un poco bajo, cabello ahora teñido de rojo, una familia amorosa, un lindo y "amable" novio, cuento actualmente con veintidós años y vivo una vida sin t...