𝓗𝐈𝐏𝐒 𝓓𝐎𝐍'𝐓 𝓛𝐈𝐄, 𝖻𝗋𝗂𝖺𝗇 𝗈'𝖼𝗈𝗇𝗇𝖾𝗋

one. brian spilner

「 HIPS DON'T LIE 」
𖦹 ׂ 𓈒 chapter one ／ fight ⋆ ۪

( sin editar)

Difinitivamente hoy era uno de esos días donde debería estar encerrada en mi habitación, con música a todo volumen y estar engordandome con cada fritura que encontrará en las gavetas del cuarto de Mia. Sin embargo, Dominic hizo que todo el plan que tenía en mente, se fuera a la borda.

Mi hermano mayor tenía el plan de llevarme directamente a la cafetería y verme atender a los clientes que llegaban con frecuencia todos los días. Mayormente, Mia era quién atendía y al enfermarse, tuve que serle de mesera por unas buenas semanas.

Bufo, apuntando con violencia algunas cosas en la libreta de Mia. Habían ciertos apuntes del dinero que había contado con lentitud. Y yo... yo simplemente lo sumé por aburrimiento.

Alzo mi vista unos segundos, Dominic estaba literalmente enfrente mío encerrado en su despacho mientras hacía no sé qué cosa. Toco ligeramente la madera que nos separaba con mis nudillos, Dom se ríe sin hacerme caso y sigue haciendo lo que suponía hacer.

──Te odio, Dominic Toretto. ──mascullo para mí misma, acariciando mis brazos con lentitud.

Algunos pasos apresurados me hacen desviar la atención hasta el ruido, encontrándome con el causante que frecuentaba más el lugar alrededor de quince veces diariamente. Siempre era lo mismo; diez minutos antes del cierre.

No lo conocía, pero podía decir que el tipejo era bastante apuesto. El rubio se sienta sin mucha importancia en una de las bancas, esbozando una sonrisa en mi dirección.

──¿Cómo está el atún?

Su pregunta me hace retroceder unos pasos y reír.

──Llevas alrededor de quince días preguntando lo mismo. Estaba asqueroso ayer, anteayer y... Adivina. Sigue igual. ──hago una mueca de diversión. El atún no era una de mis comidas favoritas, el olor era tan nauseabundo que lograba con facilidad algunas arcadas por parte mía.

──Quiero el atún. ──me responde, sus comisuras se elevan aún más cuando me ve incorporarme de mi incómoda posición.

──Entonces, un emparedado con atún y sin corteza. ¿No?

El rubio asiente. Me doy la vuelta sobre mis talones y tomo un plato, seguido del paquete de sandwiches junto con el atún.

Ahí es donde mi hermano sale de su despacho para tomar una cerveza y ve fijamente al rubio. Luego de darle un escaneo como todos los días, voltea a verme y me guiña un ojo.

Hago el bendito emparedado, siguiendo las mismas acciones que siempre hago. Al ya tenerlo listo, se lo doy.

──¿Quieres un refresco? ──pregunto, el tipo atractivo asiente y se dispone a darle un bocado a su asqueroso emparedado. Abro el congelador, tomando una Coca Cola fría.