ᴅᴏɴ'ᴛ ʙʟᴀᴍᴇ ᴍᴇ | 𝐃𝐑𝐀𝐂𝐎 𝐌𝐀𝐋𝐅𝐎𝐘

↳ᴛʜʀᴇᴇ↲

↳𝐑𝐎𝐒𝐀𝐒 𝐘 𝐏𝐎𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒↲

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╰─►Los primeros rayos de la mañana no tardaron por aparecer golpeando el agua, pues las mazmorras de Hogwarts estaban al nivel del lago negro ocasionando que la luz apenas pueda entrar a la oscura habitación. De alguna manera era algo relajante ya que la intensidad se disminuía.

Alec apenas había logrado dormir una hora antes de despertar por los gruñidos de Draco, quién estaba insultando en voz alta por tener que levantarse tan temprano.

—Cierra la boca. — Murmuró el peli-negro, adormilado. Despojó su cuerpo de las sábanas y se sentó en la cama llevando su mirada al rubio.

Draco estaba despeinado, con un ojo cerrado, ya que la poca luz que entraba conseguía darle en la cara. Estiró su cuerpo soltando un bostezo.

—Buenos días a ti también, Alec. — La voz ronca del Malfoy resonó en toda la habitación. — Lo único bueno de hoy es que tenemos pociones.

—¿Qué tiene de bueno verle la cara a Severus? — Preguntó recordando lo exigente que era su padrino.

Alec no compartía clases con Draco y Hope pero habia llegado a un trato con Snape para ser su asistente, de esa manera podría hacer tareas extras y recaudar puntos para su casa.

—Lo bueno es que tú estaras ahí.

—¿Coquetas conmigo, Malfoy?

—Ya quisieras, Riddle. — Murmuró divertido siguiendo el juego de su amigo. — Voy a dormir cinco minutos más. — Volvió a recostar su cuerpo y terminó por caer en un profundo sueño apenas su cabeza toca la almohada.

Alec negó con la cabeza de forma divertida. Se levantó de la cama poniéndose sus pantuflas, para luego irse al baño para hacer sus necesidades y asearse.

Se bañaba dos veces al día; apenas se despertaba y cuándo iba a dormir. Se toma su higiene personal muy en serio.

Luego de unos minutos, terminó de hacer su típica rutina para salir del cuarto de baño. Cambió su ropa sin temor a que su compañero despertará, Draco tenía el sueño profundo y nada podría hacer que abriera los ojos, menos a esa hora.

Decidió que ya era hora de salir de su cuarto, bajando las escaleras de la sala común y yendose de ése lugar. La luz en los pasillos era poca, extrañaba el invierno dónde el sol tardaba más de lo normal en aparecer.

Se dirigió al gran comedor. El desayuno era la parte más importante del día según algunos, un infierno para Alexander Riddle.

Él estaba allí, sentado en la larga mesa a un costado del gran comedor. Pocos habían llegado aún, Alec solía levantarse muy temprano, luego de dormir una hora en la noche.

La comida aún no aparecía y los maestros ni siquiera estaban sentados en sus lugares, Snape era él único de ellos que estaba allí.

La mirada del mayor fue a su ahijado, él cuál lo saludo con un leve asentimiento de cabeza. Ninguno de los dos era muy demostrativo, nadie sabía que él temible maestro de pociones era el padrino del mismísimo hijo del señor oscuro.

Poco a poco los alumnos de diversas casas fueron apareciendo sentándose en sus respectivos lugares, algunos se mezclaban al ser amigos.

La comida apreció cuándo habían bastantes personas en el comedor. Alec no desaprovechó el tiempo para apartar un par de fresas para su hermana y un pastelito de chocolate amargó para Draco, dejando en su lugar también la típica manzana verde que el rubio tanto amaba.