Primerizos ☘ ChanIn

❥ 29

—Ya estoy aquí, llegué antes —Chan le dijo a Jeongin desde la puerta de su casa y colgó después de un "espera, bajo en un segundo".

Se sorprendió cuando la puerta se abrió.

—Wooooooaooooo... de verdad lo hiciste en un segundo.

Sin embargo, quien abrió no fue Jeongin, sino su hermana.

—Hola, Chan, ¿vienes por mi hermano? Bonitas flores.

—Sí —dijo apenado—. Gracias, las escogí para Jeongin.

—Le van a encantar —le dijo—, pero entra vamos, yo tengo que irme, pero siéntete como en tu casa.

—Gracias, noona, me alegró que estés bien, supe que te enfermaste.

Ella sonrió.

—¿En serio te enteraste?, y eso que fue ayer, supongo que la comunicación entre mi hermano y tú es muy fuerte.

—¿Te enfermaste ayer también?, y no... yo hablo de la semana pasada.

—No fue la semana pasada, fue ayer que me intoxiqué con camarones.

—Entonces la semana pasada no estuviste enferma...

—No —le dijo—. Tengo que irme, me despides de Jeongin.

El menor cayó sentado al sillón.

—Qué idiota —se dijo a sí mismo.

Escuchó los pasos de Jeongin y lo miró, se veía tan precioso el pequeño mentiroso.

—¿Me trajiste flores? —Jeongin sonrió sentándose a su lado.

—Porque sólo no me dices que ya no te gusto.

—¿Qué? —preguntó confundido.

—Me encontré a tu hermana antes de salir.

—¿Ella te dijo algo?

—Me abrió los ojos —le dijo, Chan se levantó del asiento—. Las últimas semanas has estado muy raro, me cancelabas varias citas, llegabas tarde a algunas y finalmente me dejaste plantado en una y después mientes.

—Chan, yo no...

—¿Qué es lo que pasa contigo?, si tienes algún problema lo entenderé y te apoyaré, pero tienes que decírmelo.

—Es que yo... no lo sé, no fui porque no tuve ganas, mi hermana no estaba enferma, no sé lo qué pasa.

—Yo sí sé, pasa que ya no me quieres y no quieres estar conmigo.

Chan azotó las flores en el sillón haciendo que se rompieran.

—Chan...

—Nada, me voy —el menor estaba enojado y Jeongin le dio la razón—. Piensa bien lo que quieres y después me hablas, por ahora es mejor que nos demos un tiempo.

—No, espera, yo...

Jeongin lo miró salir y no pudo seguirlo porque no tenía fuerzas para enfrentarse a él.

Tal vez Chan tenía razón.