Uno en un millón [Toddallace]

3.- Através de mí

Ya habían pasado unos días desde aquel concierto, para suerte de Wallace ya había conseguido que Scott se olvidará de la curiosidad sobre la banda a la que había ido a ver y el tema quedó de lado como un simple recuerdo... Hasta hoy.

— ¿Tenemos que ir donde Julie? —
Reprochaba el chico de cabellos naranjas mientras suspiraba molestó.

— ¿Conoces otra cafetería así de buena? Además, es mi amiga! Anda, no creó que sea tan malo si tu hermana también está ahí —
Intentó animarlo Ramona, la cuál ahora contaba con cabellos de color turquesa y unas puntas amarillas, su nuevo color de la semana.

— Oh, Stacey! Hace tiempo no la veo, será divertido... Escuché que hasta Lucas Lee trabaja ahí ahora —
Wallace se les colo al plan por la misma razón que mencionó anteriormente, estaba emocionado por poder ver a Lucas de cerca y de pasó chismosear un poco con su amiga, aunque Scott solo estaba más frustrado ya que "mayoría gana" y hoy no andaba con los humores para tener que ver a un ex de Ramona, apesar de que las cosas estaban bien era algo agotador a decir verdad.
Al entrar a la tienda Ramona sintió que algo la estaba deteniendo de avanzar, como iba tomada de la mano de Scott lo volteó a mirar para ver si algo le sucedía y este parecía haber visto un fantasma.

— Oh no, puedo con uno, pero con 2? No, menos si es el, vámonos de aquí! —
Reprochaba Scott intentando jalar a Ramona afuera sin éxito, esta mientras intentaba entender la situación le preguntaba que sucedía con confusion. Ahí estaban en una mesa de la misma dichosa cafetería el actor Lucas Lee y la estrella de rock Todd Ingram compartiendo una charla junto a unos vasos cafes.

— Ajá... Las cosas van mal últimamente, sobre todo cuando le habló a ya sabes quién —
Dijo Todd estaba hablando con Lucas mientras le daba un sorbo a su café, su rostro que parecía abatido y estresado se transformó a un gestó con una sonrisa dulce y más calmada.
— Ah... Esta bastante bueno, hey tienes habilidad aquí, tendré que venir más seguido —
Comentó con una voz más tierna mientras daba vueltas al vaso de café riendo un poco

— Me gustaría poder darte una ayuda... Pero no tienes muchas opciones sabes? Hey, ¿Con quién crees que hablas? Por supuesto que es bueno, ven! Que vengas solo traerá más clientela —
Lucas intento animarlo un poco con el problema que le acababa de contar su compañero, lo del final se lo dijo con determinación mientras mordía un panecillo vegano que había pedido Todd prácticamente quitándoselo de las manos.
— Esta algo desabrido, estos no los hice yo —
Bromeó para después mirar la puerta y sorprenderse un poco para posteriormente reír
— ¡Hola Ramona! —

— Oye, Dios solo pídelo. Lose... Ah, sabía que debía haber sido solista o Gay, sabes la de problemas que me habría ahorrado? —
Le quitó devuelta el panecillo al de pelo negro mientras se le daba otra mordida mirándolo indignado por el comentario que hizo sobre su panecillo, para después mirar de reojo a los otros 3.
— Esta perfectamente Sabrido —
Lucas Lee solo río, se notaba que ni el mismo Todd sabía que acababa de decir.

— ¡Hey chicos! Vamos Scott, son amigos! Además fue hace años, relájate anda —
Ramona le dio una palmadita en la espalda a Scott a lo cuál este refunfuño, pero se dejó ya que quería hacer feliz a su novia para de paso tener una buena excusa caricias y mimos para la noche, igual para probarse a si mismo que tenía autoconfianza. Por otro lado Wallace estaba un poco tenso, cualquier fan pensaría "«Puff, ningún famoso se acordara de mi»" pero después de ese escándalo en el concierto sería raro que no recuerde al tipo que peleó con su novia e incluso lo halago por una película donde no pensaba que alguién lo hubiera visto. Para su lastima por andar pensando no se dio cuenta que ya estaban en la mesa junto a ambos hombres musculosos.

— ¿Como han estado? Es bueno verlos denuevo —
Todd les sonrió plenamente, aunque honestamente estaba alegre de verlos su sonrisa practicada volvió a aparecer en escena. Volteó a mirar a Wallace, ya que este estaba a su mano derecha en la mesa redonda donde se ajustaron para poder sentarse todos, y lo saludo por debajo mientras le guiñaba el ojo, parecía haber entendido la situación en la que se encontraba el pelinegro lo cuál le dio una gran sensación de alivio.