9.- Hasta pronto

123 9 2
                                    

— Y dime, porque vas a comprar un bajo? El otro no funciona acaso? —
Preguntaba curioso el mayor mientras estaba parado al lado de su amigo en una tienda repleta de pies a cabeza de instrumentos de buena calidad y de precios que desconcertaban al chico.

— Oh, bueno el otro tiene un peso emocional para mí que pasó de ser bueno a algo que quiero sacar de mi mente asique pensé que uno nuevo es como un lienzo en blanco para plasmar mis pensamiento... Así podría darle un nuevo valor emocional! Y de pasó quería comprar una guitarra acústica, he querido volver a tocar esas canciones más melosas y por así decirlo suaves, me entiendes? —
Sonreía mientras miraba los bajos, ya había elegido la marca y modelo que quería, estaba viendo el color que prácticamente era lo de menos, pero era algo que le preocupaba. Miró unos segundos al chico al lado suyo y sonrió levemente.
— Cuál... Cuál es tu color favorito? —

— Me sorprende que tengas el dinero para poder tener un bajo nuevo por esos motivos, aunque es algo que suena significativo, enserio? Debes darme una probada de esas canciones suaves —
Admitió soltando una pequeña risa para después sorprenderse por la preguntaba inesperada colocándose la mano en el cuello pensativo.
— Creó que... El azul? Un azul un poco oscuro —

— Azul oscuro... Perfecto —
Uso sus poderes veganos, se rodeó de una aura verdosa y su cabello se elevó mientras sus ojos soltaba un brillo blanquecino, bajo uno de una estantería alta y se lo enseño a Wallace sonriendo mientras con orgullo le enseñaba el color que había elegido en base a esa descripción.

— Wow, tengo un sweater de ese color incluso... Enserio vas a comprarlo de ese color por mi? —
Sonrió levemente mientras sus mejillas se colocaban de un suave color rosado inclinado hacia un tono más rojizo, se paro en la punta de sus pies para acercarse a la cabeza del más alto el cuál por su parte también se agachó un poco haciendo las cosas más fáciles para el amor y acomodo su cabello que quedó dispersó después de ser levantado al usar los poderes de Todd.
— Que tierno de tu parte, gracias~ porque usas tus poderes?deberuas pedirle ayuda a un trabajador, o es que me quieres impresionar? Dejame arreglarte ese desastre que te había quedado —

Al notar la distancia de ambos quedó petrificado unos instantes, ambos se quedaron mirando por unos cuantos segundos acercándose de forma leve el uno al otro hasta que el ruido de uno de los trabajadores acomodando cajas cerca de ellos los hizo asustarse y separarse rápidamente mientras intentaban disimular.
— A-Ah lo siento, no los quería interrumpir —
Se disculpó apenado el chico que no parecía mayor de 18 años que terminó de acomodar con rapidez y torpeza las cosas que llevaba en mano.

— No se preocupe, haga su trabajo tranquilo —
Todd tomó de la mano a su acompañante y se alejaron caminando de la área donde habían sido interrupidos, sintió como el pelinegro entrelazaba sus dedos y sintió un escalofrío subiendo por su espada por lo que lo volteó a mirar anonadado mientras el color rojo se le subía.
Por su parte ante esta reacción Wallace mantuvo el silenció, sintió como el más alto apretaba levemente su mano para reafirmar el agarré y antes de que pudiera escuchar alguna palabra al respecto se aproximó a las guitarras acústicas mirando curioso.

— ¿Todas son iguales no? Aunque modelos hay varios —
Le sonrió de lado notando como el otro aún estaba analizando la situación.

— A-Ah si, o sea que? Eh... —
Después de soltar un suspiro se recompuso mirando las guitarras de la pared con curiosidad, empezó a conversar ideas de que guitarra debería escoger dando como justificación palabrería absurda, decía cosas como "Quizás no debería de comprar la negra, digo se me podría perder en la oscuridad". El más bajó miraba confundido lo que contaba su compañero, pensaba que había hecho algún corto circuito o algo por el estilo ya que no comprendía de donde venía tanto problema, la realidad es que el rubio simplemente no pudo pensar mejor forma para poder quedarse un ratito más rato tomando las pequeñas y suaves manos de su amigo por el que sentía mariposas.
Al cabo de unos minutos ambos estaban en su camino hacia un parque, el bajista había pagado y llevaba sus instrumentos, uno lo llevaba en su espalda y el otro en la mano; cosa que para su lástima lo privó de poder tomar la mano de su acompañante debido a que no se atrevía a pedirsela denuevo después de haberla soltado para agarrar la guitarra.

Uno en un millón [Toddallace]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora