🌒 | 𝐃𝐞𝐛𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐩𝐞𝐧𝐝𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬.

769 90 0
                                    

La parte del día que más disfrutaba Ohara era la noche, en general porque los vampiros no estaban presentes en la mansión durante horas, lo que significaba que no habría problemas u pleitos que él tendría que resolver porque, bueno, en eso se basa su trabajo.

Disfrutaba su tiempo libre lo más que pudiera antes de tener que volver a su rutina diaria de estrés absoluto, su tranquilidad no duraba más de tres horas, lastimosamente, así que tuvo que aprender a aprovechar su tiempo de la manera más efectiva. Dormía durante unos treinta minutos y luego empezaba a ordenar algunos lugares de la mansión por simple entretenimiento.

Normalmente Ohara aspiraba las alfombras y limpiaba la chimenea si había demasiadas cenizas acumuladas, si estaba demasiado aburrido o sin nada que hacer solía dedicarse a ahuecar cojines con más esmero del necesario hasta quedar contento. Cuidar del jardín también era una de sus actividades favoritas, observar el crecimiento de los arbustos y flores era una forma fácil de matar al tiempo, y barrer los caminos de piedra hasta que quedaran sin ningún tipo de tierra u hojas era divertido a su manera.

Y antes de que Ohara pudiera darse cuenta, los jóvenes vampiros volvían a estar deambulando por toda la mansión, algunos como Subaru y Kanato se encerraban en sus habitaciones y evitaban salir si no era necesario, lo cual alegraba a Ohara más de lo que podía expresar, sustancialmente eran dos problemas menos de los que preocuparse por el momento.

Shū y Reiji tampoco era un problema demasiado grande con el que tratar, el primero se dedicaba única y exclusivamente a escuchar música en sus auriculares o a dormir en cualquier lugar de la mansión, el único momento en el que realmente consideraba a Shū un problema era cuando dormía en lugares que él estaba ocupando o como ya había pasado más de una vez, en su habitación, el chico era una mole sin sentido a la hora de dormir, y era casi imposible convencerlo de que se moviera del lugar.

Y Reiji era bastante más tranquilo que eso, o se dedicaba a lo suyo dentro de su habitación o estaba maquinando algo en su laboratorio, cuidando sus vajillas o leyendo algún libro en la sala de estar tan tranquilamente que daba gusto, Ohara en estos casos decidía no interrumpirlo si no era estrictamente necesario.

Pero claro, no todo el monte es orégano, y la tranquilidad que los cuatro hermanos le otorgaban quedaba altamente opacada por los últimos dos trillizos restantes, Ayato y Laito.

Ayato suele irritarse fácilmente con cualquier tipo de situación que se le enfrente, y Ohara tiene bastante en claro que no le tiene demasiado cariño, ya que suele enojarse con tan solo verlo de lejos o recibir alguna indicación suya. En realidad no le molestaría si fuera el tipo de molesto que decide ignorarlo por completo y seguir con lo suyo, pero Ayato no es así, y lo hostiga con un montón de palabras que no tiene ganas de escuchar, proclamándose superior a su niñero en cualquier ámbito y que él no puede exigirle nada por esa misma razón, a lo que Ohara decide quedarse callado y asentir hasta que termine con su discurso de odio.

Y por si no fuera suficiente con eso, Ayato le pone apodos groseros a todos y cada uno de los habitantes de la mansión, sin importarle quien sea, lo que suele causar discusiones entre hermanos en tiempo récord, y ahí es donde tiene que entrar Ohara para terminar con los gritos desastrosos de los vampiros.

Por último, Laito, quien Ohara considera el peor de entre todos los hermanos sin vergüenza alguna en admitirlo, es bastante desastroso fuera y dentro de la mansión, puesto que su actitud perversa no disminuye en ningún momento. Estando en la mansión, la víctima principal de Laito es Ohara, pegándose a él como un chicle en la suela de su zapato, haciendo preguntas o comentarios que le agregan kilos de tensión al ambiente, y que su niñero no tiene intención de responder.

También tiene sus grandes actuaciones para no ir a la escuela a veces, y tiene sus formas de evitar hacer los deberes escolares hasta que ya no hay tiempo, por lo que Ohara debe estar constantemente regañándolo y obligándolo a hacer sus tareas, en ese tipo de situaciones en realidad hay dos finales, u Ohara termina demasiado molesto y se va dejándolo libre, u Ohara termina demasiado molesto y le grita hasta que no tiene más opción que hacer lo que tiene que hacer para que se calle, ambas funcionan para Laito.

𝐈𝐍𝐕𝐈𝐍𝐂𝐈𝐁𝐋𝐄 | 𝗗𝗜𝗔𝗕𝗢𝗟𝗜𝗞 𝗟𝗢𝗩𝗘𝗥𝗦.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora