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Los reporteros y fotógrafos se encuentran peleando por la atención del príncipe Andrei, quien junto con su sequito va bajando del barco.
Andrei saluda a todos con una amable sonrisa pero en sus ojos se refleja el cansancio que lo tiene agobiado.
El príncipe responde un par de preguntas de cuatro reporteros, y luego es llevado a un automóvil que está esperándolo desde hace un par de horas para llevarlo a la embajada.
Cuando ingresa al auto solo es acompañado por Simon – ¿Qué hay en la agenda para mañana?
–Un día completo, Andy – el nombrado suelta un suspiro – A las ocho y media, desayunara con el personal de la embajada. A las nueve realizaras una visita a la planta de Rolls-Royce, donde el director ejecutivo lo invitara a recorrer las instalaciones, y le presentara el modelo más nuevo del mercado.
El príncipe asiente – A las diez y media, te reunirás con la prensa, y a las once recibirás a la ONU, donde te entregaran un olivo simbólico. A las once y media, almorzaras con el ministro de asuntos exteriores, donde hablaras sobre las reuniones comerciales.
– ¿Y qué se yo sobre ese tema?
Simon le entrega una carpeta al príncipe – Es un resumen básico sobre ellos.
– ¿Y qué te dijeron de la petición sobre mí día de descanso?
Simon hace una pequeña mueca en señal de negación – Lo lamento.
– Demonios – susurra Andrei – Tengo la sensación de que mi cabeza está a punto de explotar.
– Cuando lleguemos a la embajada le puedo pedir a un médico que lo sede para que duermas más cómodamente toda la noche.
– Bien.
[ 🍫 ]
Luego de instalarse en la habitación principal de la embajada, Andrei observa con añoranza una pequeña fiesta que están celebrando a unas calles abajo.
Ve a varias parejas bailando al son de la música en vivo. Él siente envidia por esas personas que disfrutan de su libertad.
La puerta de la habitación es abierta, y Simon junto con un medico ingresan al lugar. El medico inyecta al príncipe, y le informa que en media hora surtirá efecto el calmante que le suministro por lo que le recomiendo ir directo a la cama.
Simon lleva al médico a la salida, y le desea a Andrei una buena noche para luego retirarse de la habitación.
La fiesta se encuentra en pleno apogeo por lo que Andrei decide cometer una locura, y busca en el armario ropa cómoda, y algo de dinero para comprar algo de comer y beber.
Andrei, sale al balcón que tiene la habitación y al llegar a la orilla para dar un pequeño salto a otro balcón que está al lado que lo lleva a un salón de baile vacío y de ahí logra llegar a la salida trasera de forma sigilosa.
Cuando llega a al lugar ve a un repartidor junto con dos miembros del personal llevando varios costales de harina a la cocina.
Andrei ve que justo afuera de la puerta está el camión repartidor, y al ver que nadie está vigilando corre hasta el camión para luego subirse a la parte trasera de este y se esconde detrás de varios costales.
Pasan varios minutos cuando el repartidor regresa al camión, y Andrei no se mueve de su escondite por lo que luego de cerrar el área de carga, el camión sale de la embajada.
Andrei espera varios minutos para moverse de su escondite, y observa cómo va alejándose de la embajada con una gran sonrisa.
