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Andrei sale de la posada rápidamente y comienza a buscar cómo llegar a la embajada pero termina perdiéndose.
Pero por suerte se encuentra con la niña de la posada y se acerca a ella – Hola, ¿Qué hacer por aquí?
– Entregando la lavandería – responde ella con una sonrisa tímida.
El príncipe asiente y se da cuenta que no le pregunto su nombre a ella – Sé que nos vimos en la mañana pero no he tenido el gusto de conocer tu nombre.
– Me llaman Noodle.
Andrei sonríe ante la respuesta de ella – Andy.
– ¿Te diriges a tu trabajo?
– Eso intento.
Noodle asiente – Estas muy lejos de la embajada.
– Demonios – murmura el príncipe – ¿Crees que podrías guiarme a alguna calle cercana para orientarme?
– Por supuesto – le dice Noodles – Esta cerca de uno de los lugares donde debo entregar esto.
Andrei la ayuda con el carrito y Noodle le platica sobre el libro que ha estado leyendo.
[ 🍫 ]
En el trayecto han entregado más de la mitad de los pedidos de lavandería y Andrei se acuerda que ella le había intentado decir algo pero fueron interrumpidos.
– ¿Qué le intentaste advertir a Willy?
Noodle lo voltea a ver – De que no firmara el contrato que le ofreció la señora Scrubbit.
– ¿Contrato?
– Si, él no tenía dinero para pagar el cuarto y ella junto con Bleacher lo persuadieron de firmarlo.
– ¿Qué tan malo es el contrato?
– Ese contrato es una trampa y no existe forma legal de evadirlo – Andrei siente como se le forma un nudo en el estómago ante esa noticia.
Los ruidos de asombro llaman la atención de ambos quienes se acercan a la entrada de la famosa galería gourmet. Ellos ven a Willy Wonka en medio de la galería rodeado de un gran número de personas.
Pero lo que les llama la atención a Noodle y a Andrei es que algo que parecen pequeños huevos de vibrantes colores se encuentran flotando sobre él. El príncipe suelta una ligera risa por el curioso truco de magia provocado por Willy.
Luego ellos ven a tres hombres de negocios frente al joven a pesar de no poder escuchar lo que sucede con claridad ven que la sonrisa de Willy desaparece unos segundos y es cambiada por una pequeña mueca que refleja su confusión.
Pero la sonrisa de Willy vuelve cuando ve como los tres hombres de negocios comienza a flotar y ellos gritan por ayuda, provocando que la gente se alborote para conseguir lo que vende Willy.
Luego se escuchan varios pasos y silbidos indicados que se acerca la policía causando que la multitud se aleje de Willy.
Andrei le pide a Noodle que lo espere en la entrada unos minutos para ayudar al otro en su problema con la policía.
– Disculpe oficial, ¿Qué sucede?
– Nos llamaron quejándose de este joven – señala a Wonka – Quien se encuentra interfiriendo en los negocios de la galería.
– ¿En serio? – Pregunta en tono desafiante Andrei – ¿Normalmente acuden así de rápido?
El oficial parpadea sorprendido ante la pregunta de Andrei – ¿Esta insinuando algo jovencito?
– Tal vez.
Willy agarra a Andrei del brazo para luego colocarlo detrás de él – Andy.
El policía niega ignorando el comentario del descarado joven – Le pido que se retire de la galería y debo confiscar sus ganancias – Para luego tomar el jarro donde está el dinero que recolecto Willy.
– ¡Hey! – Grita Willy – ¿Por qué hace eso?
– Es para una buena causa o algo por el estilo.
– ¿Al menos podría darme una moneda?
El oficial saca una de su bolsillo para entregársela a Willy y luego junto con los otros cinco policías que lo acompañan se retiran de la galería.
El príncipe se pasa las manos por el cabello frustrado por lo sucedido – Es injusto.
Willy solo se encoge de hombros – La próxima vez será mejor – y luego se voltea para ver a Andrei con una gran sonrisa – Es un gusto verte de nuevo.
