Capítulo 1.

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Capítulo 1.

—¡Anotación! —el estruendo de la porra hizo que volviera mi atención al centro del campo—. Aburridooooooo —exclamé sintiéndome totalmente fuera de lugar al estar rodeado de fanáticos que gritaban y aclamaban con vítores a su equipo. Puse los ojos en blanco ya que desearía estar en cualquier otro sitio que este, uno más tranquilo donde pudiera pensar en paz, justo como mi estudio.

Pero justo un destello de luz sobre el hombro sudado de un jugador, el número 7, recuerdo haberlo visto hace un momento y sentirme extraño o confundido. Su temple es inigualable y verlo inclinar el rostro a la izquierda al no comprender lo que acaba de pasar y porque el árbitro hizo sonar su silbato me hizo casi suspirar y pensar en lo adorable que lo hacía parecer parecía un gran Golden retriever yendo tras la pelota, reí, para mí, con ironía por lo opuestas que son nuestras personalidades

—¿Qué dibujas? —me sobresaltó la curiosa pregunta de mi entrometida hermana—. no es nada, no es nada, —respondí cerrando mi cuaderno de bocetos.

Justo su equipo hizo otra anotación y escuché a mi padre refunfuñar porque el numero 7 había anotado y yo solo sonreí y abrí nuevamente mi cuaderno para sorprenderme con un bosquejo suyo que verdaderamente no recordaba haberlo hecho tan detallado, sus brillantes ojos y su pelo resplandeciente con el sol aun siendo solo a lápiz había logrado en unos torpes trazos rápidos capturar su esencia, su alma, oh no creo que este chico será mi perdición. Al final creo que el partido resulto ser bastante entretenido.

De alguna forma, el partido termino rápido cuando las pausas llegaron a su fin.

Tres horas de mi vida se habían desperdiciado en este tonto juego, mi padre sabía que no me interesaba el futbol, no entendía porque seguía comprando boleto para mi.

Mi primo o mi vecino estarían más que encantados de venir en mi lugar. Pensé

Pero en realidad si lo sabia y si lo entendía, mi padre, hombre chapado a la antigua, pensaba que el futbol, el juego, era parte de la esencia de un hombre.

Odiaba estos estereotipos, esculpidos en piedra, que dictaban lo que debería gustarme.

—¿Qué haces? —Jana, mi mejor amiga, pregunto.

—Dibujo, ya sabes. —respondí sin levantar la vista de mi cuaderno—. Siempre estoy dibujando.

—¿Qué es esta vez?

Odiaba su entusiasmó, podía ser tan entrometida a veces. Hice un gesto con la mano, para despedirla.

—No importa. —afirme solo un momento antes de que me arrebatara la libreta de las manos—. ¡Devuélvelo! —exigí mientras comenzaba a pasar las páginas con ligereza. —¡Sabes que odio vean mis bocetos! —le recordé por milésima vez desde que la conozco— ¡Espera a que el dibujo esté listo!

Una sonrisa burlona en sus labios me revelo que acababa de llegar a mis últimos bocetos.

—¿Oh? Parece que cupido finalmente te alcanzo —se burló mostrándome la página con el jugador número siete—. ¿y bien? ¿Cómo se llama? —cuestiono.

— No lo sé, Jana, no conozco su nombre y ya por favor sabes que me gusta que respeten mi espacio – exclame empujándola a un lado

—Vamos si yo fuera tu sería más amable conmigo —dijo Jana, con una sonrisita pícara en su tonta cara.

—Eres como una espina en el culo, ok ok ya dime ¿por qué debería tratarte bien?

—Su majestad, querrás decir - interrumpió descaradamente

—¿Por qué debería tratarla bien su-ma-jes-tad —dije entre dientes

—¿Por qué? Ah lo olvidé —Sentía que la sangre me hervía a lo que ella rompió a carcajadas y me respondió— es mi compañero de clase, tontito, dah

Quedé estupefacto, helado. —¿Es enserio? ¿Es verdad? Digo o sea no es que me interese demasiado, claro, pero ¿en serio va en tu facultad?

—Dices facultad como si estuviéramos en campus diferentes, pero dah ya te lo habrás topado en cualquier momento en los terrenos de la universidad

Me sentí muy nervioso de pronto, Jana bien podría ser la clave a mi felicidad o la llave a mi destrucción total estaba meditativo sopesando los pros y los contras de mi siguiente movimiento cuando de pronto ella interrumpió mis pensamientos

—Y bien, bobito, dime ¿qué dibujos con crayolas les dejaron hoy para los de artes visuales?

Quería fulminarla con la mirada, pero era cierto estábamos trabajando con pasteles al óleo que si bien no son exactamente crayones su presentación son bastantes similares.

—Un tulipán, teníamos que dibujar una flor y por alguna razón luego del partido me decidí por un tulipán amarillo teníamos que hacerlo en un bastidor de 20x20 el maestro quería probar que tal podíamos trabajar con los detalles pequeños con esta técnica

Cuando por fin pensé que el tema había quedado totalmente de lado Jana soltó algo que nunca podría olvidar en adelante

—Los tulipanes son el tipo de flor favorito del jugador número 7 —dijo con una risita picarona en el rostro— y estoy segura de que mueres por saber su nombre, ¿no es así? —añadió dejándome sin aliento y con el corazón en una encrucijada.

—No me interesa, —afirme antes de arrepentirme.

—¿Estas seguro? —burlo pero solo asentí.

Jana era el tipo de persona a quien nunca debías deberle un favor, era el tipo de persona brillante solo en el exterior, con una oscuridad profunda cuyos pagos siempre iban al triple, si le caías bien.

Ella era mi amiga si, también me debía un favor, pero no estaba seguro de que recibir el nombre y tal vez, los horarios de número siete, entraran en el favor.

No, definitivamente no lo haría.

Recibir su nombre sería el pago de mi favor, ella ya había soltado que estaba en su facultad, entonces soltaría casualmente su horario o me lo presentaría y entonces le debería, al menos, un favor.

No gracias, no estoy dispuesto a vender mi alma al diablo.

Sonreí y me despedí de Jana, de todas maneras, tenía que ir a clases.

Las horas pasaron tortuosamente lentas, las materias teóricas de la tarde siempre eran aburridas, los maestros repetían el contenido del libro de texto tal cual estaba, algo sobre la importancia de repetir, un modelo educativo que sinceramente no servía en esta carrera, pero que los directivos insistían en aplicarnos.

Los maestros simplemente leían el contenido durante las primeras semanas del semestre y luego, cuando el repetir terminaba, nos enseñaban de verdad.

Cerca de las seis, cuando las clases finalmente terminaron, en mi camino al estacionamiento, lo encontré.  

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⏰ Última actualización: Jan 05 ⏰

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