2. castigo

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George, 10 de diciembre de 1964, Liverpool

Desperté con ganas de vomitar o morir, aún no lo descifraba.

— ¡George Harrison!

Morir, definitivamente morir.

— Mamá, por favor no grites
— Deja de ser un vago y levántate de la cama, son las 12 de la tarde.

Suspiré de manera pesada.

— Mamá, murió mi novia, pensé que era el amor de mi vida, no quiero levantarme nunca más.
— Lo siento, Geo, pero a estas alturas no me parece justo para nadie, ni siquiera para la memoria de Pattie, que estes desperdiciando tu vida en esta habitación.

Cerré los ojos y sopesé mis opciones, quizá era verdad que no había mucho más que hacer que seguir viviendo.

— Además, abajo está Brian, quiere hablar contigo.

Miré a mi madre extrañado.

— ¿Brian?
— Sí, así que ponte los pantalones, literal y figurativamente y baja a hablar con tu jefe.

Louise Harrison salió como toda una dama dándole un portazo a mi puerta, como siempre hacía cuando enojaba.

Traté de sobrepasar mi resaca, que me estaba matando y fui a la sala de estar.

— ¿Brian, qué haces acá?

El hombre sonrió al verme.

— Hola, Geo.— saludó— Vengo a llevarte de vuelta a Londres

Negué.

— Aún no estoy listo.
— Geo, han pasado 5 meses, es hora de al menos intentar a hacer tu vida.

Negué nuevamente.

— George, este desastre de persona no eres tú.— intento razonar él— ¿faltando a las sesiones de grabación, peleando borracho con otros borrachos, tener que sacarte de la comisaría y sobornar a los policías para que no dijeran nada?

Me quedé en silencio pues sabía que tenía razón.

— Yo sé lo terrible que fue, Llevaban a penas un mes viviendo juntos.— dijo — Pero, Geo, no estoy siendo capaz de tapar la situación por más tiempo, los medios se enteran de algunas cosas, quieres saber dónde estás y cómo no apareces especulan.
— Brian...
— Y no solo de ti, George, de los chicos también.— dijo— Las ventas empiezan a verse afectadas, necesito que vengas conmigo para arreglar esta situación.

Miré al suelo. Esto era lo último que quería, perjudicar al resto del grupo por mi miserable vida.

— Está bien, iré contigo.

Prepare las maletas, te luego de un mes de estadía en casa de mis padres, se despidieron de mi con mucho afecto y con una bolsa de fish and chips para el camino.

— Bien, George.— dijo Brian una vez en al auto— Como te dije me está siendo imposible combatir todos los rumores, pero tengo un plan que por fin hará que todos se callen.

Asentí.

— Haré lo que sea para enmendar esta situación.
— Perfecto, porque empezarás a salir con Matilda Allen.

Me reí bastante fuerte, pero cuando noté que Brian hablaba en serio paré.

— No hay forma de que ella quiera salir conmigo.
— Te sorprenderá saber lo que la promesa de un papel en la nueva película de Los Beatles puede lograr.

Suspiré pesadamente.

— Matilda me odia, Brian, ¿no podías escoger a otra persona?
— ¿Con el tiempo limitado que tenemos?— preguntó burlón— Discúlpame George, pero estoy a últimos meses te has dedicado a destruir tú reputación entre la gente de la industria, que yo pueda prevenir a los diarios sacar las noticias no quiere decir que la gente de nuestro ámbito no se entere.

Perfecto, quería pegarme unos cuantos cabezazos contra el vidrio del auto.

Yo sabía que no podía sostener mi vida así, peleando con gente, emborrachándome... pero, ¿salir con Matilda Allen?

¿Por qué castigarnos a ella y a mi de esa forma?

De todas formas había dado mi palabra, haría lo que sea para enmendar todo esto.

if i needed someone - george harrison Donde viven las historias. Descúbrelo ahora