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──Hija──dijo Esmeralda entrando en una habitación, mujer blanca, ojos grises, pelo rubio como el sol y liso, con un vestido apegado al cuerpo color gris brillante. Tan brillante que dejaría ciego a cualquier persona, y lo que más llamaría la atención de cualquier persona... la corona que trae puesta, gruesa y con piedras hermosas del metal del reino de rodio.

──¿Si, madre?──. Respondió Karma. Una chica morena oscura con los ojos de color marrón claro, pelo afro hermoso color castaño claro, corto y en un moño. Y rellenita. Karma se encontraba acostada leyendo tranquilamente.

──Recuerda que mañana será tu cumpleaños y coronación junto con Ana y Katerine.

──Si lo se madre, lo que me parece extraño es que cumplamos años las tres el mismo día──. dijo karma susurrando lo último mientras cerraba el libro que leía.

──¿Para donde irás?──. Dijo al verla ir hacia la puerta.

──Voy a hablar con Eduard.

──¿No deberias practicar más?──. Pregunto haciendo referencia a como caminar y la forma de hablar.

──No── respondió enseguida──. Ya practique literalmente 17 años, junto con mis estudios, quiero tomar un respiro.

──Esta bien, ve con él.

──Nos vemos ahora.

Al cerrar la puerta lo primero que hizo fue correr como si no hubiera mañana, estaba descalza por lo que no se escuchaba sus pasos apresurados.

──<<¡Joder, maldición! ¡olvide probarme el vestido de coronación!>>──. Penso con un miedo intenso de que no le quedará el vestido.

Le tomo un rato llegar. Ya que el castillo es demasiado grande, cansada y sudada, abrió la puerta donde estaría Eduard.

──¿Eduard?...

──¿Eduard?──volvió a llamar──¡Eduard!──. Grito el nombre a no obtener respuesta.

──¡¿Que?!──. Grito Eduard atrás de ella.

La chica dió un brinco en su lugar con un grito──¡¿Estás loco?! ¡Tu sabes que no me gusta que me asusten!──. Dijo malhumorada. todavía con el corazón acelerado del susto.

──Fueras visto tu cara... te escuche llamarme, así que te asuste──. Dijo riendo Eduard, blanco bronceado, ojos verdes, pelo negro liso, y alto.

Karma suspiro dejando ya más calmado su corazón, y viéndolo directamente──¿Como estás?──. Dijo mirándolo.

──Pues bien..., tu sabes, haciendo lo que más me gusta. ¿Y tu cómo has estado?──. Dijo agarrando la mano de su amiga para llevarla a donde tenía su vestido.

──Más o menos. Ya sabes que mañana es mi coronación y es sumamente agotador lo que he aprendido, "¡camina derecho!" "¡Ten la cabeza arriba!" "¡Saca pecho!" Y más bla, bla, bla.. ──. Dijo disgustada por esas prácticas que no se le daban.

──Me lo imagino..., en este castillo todos son muy estrictos── Dijo Eduard recordando cuando le enseñaron todo lo que un modisto debe saber── yo casi me muero de lo serios que fueron los que me enseñaron. esas personas ni siquiera saben que es reírse, me provocaba meterle un golpe.

──¡Ja, ja, ja, ja, ja!

──¡No te rías estúpida! ¡No es gracioso!

Al tomar aire por reírse como loca, le volvió a hablar──Te cortaste el pelo──afirmo karma.

•| LA REINA MÁS PODEROSA |•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora