PAUSADA
Donde Victoria entra a Gran Hermano, dispuesta a dejarlo todo y ganar jugando sola, pero todo se sale un poco de control cuando dos participantes se la quieren comer al mismo tiempo.
Donde recibe todo el aguante de la gente y por sus cagadas...
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-A vos quien te gusta Vico?- le preguntó Manzana a Vicky.
Estaban en la pileta junto a otros jugadores y jugaban a hacer preguntas.
-Uh, picante- dijo Axel y le salpicó agua una vez más a la rubia. Se habían hecho muy amigos hoy a la mañana mientras desayunaban.
-Axel obvio que no- respondió ella y le sacó la lengua.
-Igual recién es el segundo día, tipo todavía ninguno conoce bien a otro- analizó Zoe.
Vicky pensaba que Zoe tenía razón, era muy pronto como para definir eso. Aparte ella seguía queriendo a alguien afuera, por más de ya no tener nada con esa persona.
Hasta ahora, de todas las personas de la casa, con la que mejor se llevaba era con Zoe, parecían hermanas.
-Claaaroo- dijo Victoria dándole la razón a la rubia.
-Bueno- dijo Manzana y se cruzó de brazos haciéndose el triste.
-Hicieron enojar a Big Apple- las retó Axel y ellas se rieron.
Al rato Vicky y Zoe tomaron sol y después la primera nombrada decidió entrar a ayudar con el almuerzo.
-Alan! Como que no te acordas mi nombre?! Yo no soy Isa- fue lo primero que escuchó cuando entró, Rosina se estaba quejando.
-Cómo era?- preguntó él tratando de hacer memoria.
-Te lo dije hace un minuto- insistió ella enojada.
A la rubia no le importaba interrumpir, así que sin vergüenza entró a la cocina y se puso a hacer la ensalada que Isabel le había pedido anteriormente. Alan no pudo evitar desviar su mirada de la morocha a Vicky.
-Alan, estoy acá- Rosina le chasqueó los dedos en la cara al chico, había notado la distracción de aquel.
-Si si, ya se- le dijo y siguieron hablando del respectivo tema.
-Alan, vayamos a la pile- le dijo saltando la morocha, era demasiado inquieta.
-Anda yendo, yo me quedo acá- le dijo él y la chica le puso una mala cara y se fue al patio.
Al fin Alan pudo quedarse solo con Victoria, tenía ganas de hablar aunque sea unos cinco minutos desde ayer.
-Hola, rubiecita- le habló y se sentó en la mesada donde ella cortaba las verduras.
-Hola, morocho- contestó.
-Pareces barbie con esa malla- le escaneó la bikini rosa que tenía, la cual le quedaba pintada.
-viste, me siento re- dio una vueltita- pero igual ya hay muchas barbies en la casa.
-Na, pero vos sos la original- la alagó
-Gracias nene- agradeció y le pellizco un cachete.
Fue ahí cuando llegaron Isabel, Agostina, Florencia y Licha a ayudar.
