Capítulo uno

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Recuerdo que nací y crecí en un municipio bastante dañado por los problemas sociales típicos de un país tercermundista, mi padre abandonos a mi madre cuando se entero que estaba embarazada de mí, fui hijo único, un niño consentido hasta los 12 años, edad en la que Carmen(mi madre) falleció de una extraña enfermedad, transmitida por algún imbécil que se cruzó en su camino, al fallecer Carmen me obligaron a irme con el tío Esteban, un tipo prejuicioso y con problemas en su matrimonio por su "problemita" como él le llamaba al hecho de sufrir impotencia a sus apenas 45 años; su mujer una latina de piel morena, de grandes piernas, ojos color miel, una mujer hermosa y por supuesto más joven que el tío Esteban.
Al llegar a esta familia lo poco que sabía del cariño era por mi madre, que cuando no estaba ebria por causa de un mal amor, soñaba con encontrar a un principe azul que nos sacará de esa pobreza y la tratará como a una reina, si lo sé un cuento de hadas, como los que les dicen a las niñas para que creamos en un sentimiento que nos vuelve estúpidos y soñadores. Cuando conocí a Cecilia(la mujer de mi tío Esteban) quedé anonadado con su espectacular belleza, ella siempre me trato de una manera agradable y con mucho cariño, tal vez tenga que ver el hecho que ella nunca pudo darle un hijo al tío Esteban o quizá sentía lástima por mí al haber perdido a Carmen, en fín durante los primeros tres años que estuve con ellos seguía creyendo que era mi nueva vida, que podría olvidar las penas por las que había pasado, hasta esa mañana...

Memorias de un canallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora